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¡Emprender para aprender!

Madame Papita
08 de abril de 2022 - 05:00 a. m.

Emprender es para machos (y para hembras) en Colombia. Y ser capaz de cambiar la tranquilidad de un pago a fin de mes por un proyecto productivo propio es la realidad de muchos de nosotros, los que hemos decidido aprender a hacernos uno a uno, día a día, con cada desafío que llega. Somos un país de luchadores, porque lo que hay un millón de soñadores que investigan, desarrollan y crean productos maravillosos.

Tomar la decisión de invertir, sumar, buscar y saltar al vacío es una ecuación matemática que involucra no solo las responsabilidades que uno tiene, sino que es una decisión muchas veces de familia. Y así me lo ha venido demostrando Natalia, una emprendedora con un negocio de aceites esenciales, tan de moda actualmente, y que se han convertido en una herramienta para el bienestar, la salud y hasta la cocina, punto que me cautivó, y donde estoy trabajando. Natalia me contaba: “Fue aquí cuando empezó este camino de aprendizaje, que después de 2 años me dio el gran regalo de poder renunciar al mundo corporativo y dedicarme 100% a esto, que me apasiona tanto en todos los sentidos”.

Trabajo duro y constante es lo que más identifico luego de hablar con Natalia. Noches largas de organización, convicción, pruebas y errores con estos productos que nos da la tierra; que en medio de días normales eran fáciles de manejar. En otros, más confusos y difíciles como los de la pandemia, la fortalecieron como emprendedora y le abrieron puertas al corazón de varios clientes. Pero, sobre todo, y como ella misma lo dice, le permitieron profundizar en aquellas herramientas que le dejó su trabajo anterior: “disciplina, organización, estructura, constancia. Cumpliendo lo que digo y me propongo”.

La seguridad de ser empleado es una seguridad envidiable. Esa tranquilidad de la labor cumplida con un pago mensual a tiempo, comparada con un día entero de trabajo, facturas expiradas, construcción de red de clientes… y ni hablemos del voz a voz que necesitamos para hacer crecer el negocio. Eso es como el sonido constante de un TikTok en el oído. “¿Y mañana qué?” “¿A fin de mes cómo pago insumos?” “¿Cómo manejo inventarios?” Mil preguntas como estas siempre nos presionan el botón de “¿será que estoy en lo correcto?”.

“Ahora, emprendiendo esto, sé que ha sido un reto mayor, pues al ser mi negocio tengo la necesidad de estar 24/7 conectada y haciendo cosas. Entonces muchas veces no le dedico tiempo de CALIDAD a mi hija por creer que es un tiempo perdido del negocio, y me mortifico mucho. He trabajado mucho en esto, porque así no debe ser. Ahora estoy respetando cada espacio y cada momento, enfocándome 100% en esa actividad que esté haciendo, ya sea con mi hija, en alguna reunión o leyendo un libro. Todo hace parte de esa productividad y de disfrutar el proceso, ¡porque esto es un proyecto de vida!”, asegura Natalia al repasar la transición de ese gran cargo en una multinacional a su negocio de vida.

El proyecto de Natalia es uno de tantos donde los colombianos nos distinguimos como un país berraco para el trabajo, de proyectos de talla mundial, y que nos han valido numerosos reconocimientos por contar con una mentalidad y cultura de emprendedores e innovadores que viven construyendo un entorno de conexiones, experiencias y productos.

Los aceites son un ejemplo de un proyecto que se convierte no solo en un trabajo particular, sino que genera redes de acceso y de consumo, de soluciones naturales para todos los que los usan como apoyo. Como dice Natalia, hay que sembrar para cosechar: “Todos los días siembro bienestar en personas a las que genuinamente les comparto una gota del aceite que necesiten. Siembro la oportunidad en ellas de valorarse y empoderarse para lograr lo que tanto han querido en su vida. Y así, cada día cosecho personas satisfechas y felices con los resultados que han tenido en su salud y bienestar, cosecho gratitud y aprendizajes personales”.

Estoy aprendiendo a sacarle provecho a los aceites; a mezclar mis hierbas y especias con su par para potencializar sabores; a recuperar productos que son de difícil acceso, como el enebro, y que adoro en mis recetas. Es un mundo que encanta, que permite aprender un montón y que, sin lugar a duda, abre un espacio para un trabajo dedicado y encantador en el mundo de hoy.

@chefguty

 

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