Uno pensaría que después de la estrambótica creación de la inútil y redundante ciclovía por la carrera séptima (porque hay otra a pocos metros por la carrera 11), por la cual eventualmente pasan unos pocos ciclistas, no se podrían hacer mayores atentados que este a la movilidad bogotana. Quitaron todo un carril para autos (por 80 kilómetros, dicen), donde según los expertos podrían desplazarse casi 2.000 carros adicionales, y lograron que un corto recorrido de 20 cuadras que antes se hacía en menos de 10 minutos ahora tome casi una hora.
Pero las autoridades distritales se han lucido, ya que han encontrado una amenaza peor para el...
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