Es bueno echar una mirada a lo que pasó en la cultura en Bogotá durante el año que pasó, así sea para poder comparar con lo que vendrá.
Si me fueran a preguntar cuáles fueron los hechos culturales más destacados de 2013, diría que se debe dar prelación por un lado a la programación del Teatro Santo Domingo, donde se centró buena parte de lo importante que sucedió entre nosotros, en especial el brillante Festival Beethoven; por el otro a la exposición de cerámicas griegas proveniente del Louvre, en el Museo Nacional que demostró que ya nuestros museos son confiables en el mundo y dar una mención de honor a la primera presentación, con gran dignidad, de una ópera de Wagner, Tannhauser, con ocasión del centenario del nacimiento del compositor. Y sólo es mención de honor porque se perdió la oportunidad de complementar este notable hecho, con una conmemoración similar para Verdi, que también estaba de centenario.
La Filarmónica tuvo una muy buena programación que incluyó el Réquiem de Guerra, de Britten (también de centenario), una de las obras capitales de la música del siglo XX. La Sinfónica continúa con un camino indeciso, donde tratan de descender a un nivel dizque popular y olvidan la misión de interpretar las grandes obras sinfónicas del repertorio. Tener una orquesta sinfónica para acompañar a un intérprete pop no se lo explica uno.
Hubo mucho teatro, con la limitación de que no existe una cartelera que divulgue lo que se presenta. El Teatro Nacional parece que se dedicó a lo taquillero y uno no ha vuelto a ver presentaciones de gran teatro universal, como las muertes de viajantes y celestinas del pasado.
Las subvenciones del Ministerio de Cultura tienden a concentrarse en unas pocas organizaciones y muchas que no reciben lo que creen que merecen se quejan con razón. Fue el primer año de la famosa Ley de Cine, que hasta ahora no parece haber dado mucho resultado en cuanto a atraer a los cineastas del exterior. Si eso continúa, se podrán dedicar los recursos reservados por esa ley a los extranjeros a lo que se debería: a fomentar el cine colombiano.
En próxima columna se hablará de otros hechos culturales del año que pasó, en especial las artes plásticas y de las principales ediciones bibliográficas.