Las programaciones del Teatro Santo Domingo aparentemente son excelentes.
Han anunciado una serie de abonos, con artistas ilustres y hasta ahí todo va bien. Lo extraño es que por ninguna parte aparecen los programas que estos ilustres artistas interpretarán y somos muchos los amantes de la música que creemos que tan importante en un concierto es el artista como las obras que se tocarán y eso parece que no lo creen quienes anuncian esos abonos, porque le piden al público que a ojos cerrados y sólo con el nombre del artista adquieran esos abonos. Esto lo que indica es que creen que lo importante son los músicos y no la música, y definitivamente ese no es el caso. El intérprete es un accidente y los compositores y su música deben ser el centro de un concierto. Quienes son noveleros y todo lo que les importa es ver (ya que no oír) a un artista porque es famoso, pueden quedar satisfechos con esa mala costumbre, pero el verdadero amante de la música puede quedar frustrado pues no sabe si debe ir a un concierto porque están tocando grandes obras maestras o deben abstenerse porque el célebre intérprete se dedica a tocar bobadas.
Para poner un ejemplo paralelo, qué tal que anuncien una película diciendo únicamente que es con Humphrey Bogart, sin que se sepa el título de ella. O que en una obra de teatro no informen qué se va a interpretar, sino sólo nos cuenten quién es la primera actriz. La gente con toda razón rechazaría esto, pero aparentemente lo aceptan cuando se trata de música. Afortunadamente las orquestas que eran culpables de este pecado ya informan qué piezas van a figurar en los programas, pero no se ha logrado que nuestros principales organizadores de conciertos lo hagan. Por tanto, como ruego, como sugerencia o como lo que sea, por favor, señores empresarios, dígannos qué es lo que los famosos músicos que anuncian van a tocar, no sólo con el nombre del compositor, sino también con el de las respectivas obras, con lo cual en últimas estarán haciendo un servicio a la música al mostrar que ésta es la importante y que se invita a oír un concierto y no a ver a un solista.
Cada día se hace esto más importante, porque se está repitiendo una y otra vez el caso de músicos que vienen a menospreciar a nuestro público y tocan unos programas como para señoras aburridas que nada saben de estas cosas y quedan boquiabiertas con simplemente ver al solista de fama mundial.
