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El Bach que no quería ser Bach

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Manuel Drezner
23 de agosto de 2024 - 12:00 p. m.
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Carlos Felipe Emanuel Bach, nacido hace 210 años, no solo fue hijo del gran Juan Sebastián, sino que su padrino fue nadie menos que Jorge Felipe Telemann, el mayor rival musical de su padre, pero al mismo tiempo su gran amigo y en cuyo honor le dieron uno de sus nombres. Se hubiera pensado que una persona con tales antecedentes seguiría la línea musical de ellos, pero la verdad es que tanto Carlos Felipe Emanuel como todos sus otros hermanos músicos consideraban que lo que hacía su padre era anticuado y dedicaron sus composiciones a crear nuevos estilos, cuya condición común era que no se pareciera en nada a lo que hacía su progenitor.

Carlos Felipe Emanuel Bach, el quinto hijo del compositor con su primera esposa María Bárbara, tuvo como maestro de música a su mismo padre, pero este debía tener sus temores de que la música en esas épocas no era, sino, una forma de convertirse en sirviente. Por eso, además de los estudios musicales, tomó cursos de derecho, pero al graduarse echó al olvido la abogacía y se dedicó de lleno a la música. Entró al servicio del príncipe heredero de la corona de Prusia, Federico, quien después sería llamado El Grande.

Por ese entonces publicó sus primeras obras en las que ya mostraba cómo se alejaba del estilo de su padre. De hecho, dice una referencia, alguna vez manifestó que el respeto que le debía a su progenitor no le impedía reconocer que la música de Juan Sebastián era algo del pasado. Tanto éxito tuvo con sus teorías que, así no hubiera sido un gran compositor, ya pasaría con todos los honores y derecho a la historia de la música porque fue clara influencia en Haydn, Mozart y Beethoven. De hecho, Mozart alguna vez dijo de Carlos Felipe Emanuel que “él es el padre, nosotros sus hijos”. Por esos caprichos de la historia, igual que Juan Sebastián Bach, fue olvidado por mucho tiempo, cuando llegaron los primeros músicos románticos, encabezados por Schumann, rechazaron esa música galante y demasiado ceñida a las reglas, según ellos. El nombre de Carlos Felipe Emanuel fue dejado de lado e ignorado por el mundo de la música, así algunos grandes artistas (entre ellos Brahms) admiraran su obra. Al rescate de él vino el fenómeno del disco fonográfico, que sacó del olvido a muchos importantes compositores. Las grabaciones de su obra proliferaron cuando el público descubrió que aquí había un músico importante y de grandes méritos. Su fama ha ido creciendo, y este es el momento en el cual el nombre de Carlos Felipe Emanuel Bach figura entre los grandes músicos del clasicismo y su fama es casi igual a la de su padre. A la larga, se ve que la historia hace justicia.

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JORGE(79458)24 de agosto de 2024 - 04:36 p. m.
"este es el momento en el cual el nombre de Carlos Felipe Emanuel Bach figura entre los grandes músicos del clasicismo y su fama es casi igual a la de su padre", demasiada exageración para ponderar a un músico, pero valiosa y muy amena columna.
Contrapunteo(18670)24 de agosto de 2024 - 12:41 a. m.
UYYY ah si exageró Don Drezner y se le cruzó la Historia de la Música. La grandeza de Johan Sebastian Bach no se puede comparar con el trabajo realizado por su hijo, que hizo bien su trabajo musical pero no se puede equipara a las de su padre el gran Bach.
Soledad(tmo4c)23 de agosto de 2024 - 09:31 p. m.
Gracias don Manuel. Excelente artículo
dagudelor(d9aon)23 de agosto de 2024 - 07:46 p. m.
Excelente artículo, muchas gracias Don Manuel.
SALOMON(71695)23 de agosto de 2024 - 07:29 p. m.
Don Manuel, Carlos Felipe me parece aburrido y adornado. Nada que hacer al lado del papá. Pero el que parece era mas dotado era el borracho de Wilhelm Friedemann, que vendía las obras de su papá como papel para envolver carne. Nos hablaría de WF en próxima columna ?? Dr Suleikas.
  • Gines(86371)23 de agosto de 2024 - 09:25 p. m.
    Salomón, en la obra: “Pasión inmortal” de Lion Feutchwanger, no da cuenta el escritor alemán de cómo la sirvienta de Felix Mendelssohn Bartholdy al comprar una carne para su patrón, la misma venía envuelta en las partituras de la Pasión según San Mateo de J.S. Bach. La obra es novelada, no obstante, es verídico que gracias a Mendelssohn el mundo conoce al gran Bach.
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