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La importante labor del Banco de la República como eje de las finanzas nacionales tiene un complemento y es que la entidad no solo tiene importancia en el campo económico, sino que también ha sido desde hace mucho tiempo un faro de cultura, con importantes contribuciones al desarrollo del conocimiento y las artes nacionales. Fueron varios los visionarios que, en sus tiempos, hace más de medio siglo, decidieron que las utilidades de un banco emisor debían aportar igualmente al desarrollo cultural colombiano y comenzaron fundando una biblioteca que en sus principios se dedicó únicamente al tema económico.
Esa visión acabó extendiéndose gracias a la iniciativa de Luis Ángel Arango, en cuyo honor la biblioteca lleva su nombre. Luego, la biblioteca amplió su campo de acción a la bibliografía en general. Posteriormente se añadió una excelente pinacoteca con grandes nombres colombianos e internacionales y una sala de conciertos que ha fomentado en todo el país el gusto por la buena música. Tienen también colecciones de instrumentos musicales y una notable contribución al conocimiento de la nueva música hecha en Colombia, así como de ayuda al surgimiento de instrumentistas jóvenes.
El resultado ha sido que hoy día la biblioteca es una institución gracias a la cual se han creado aportes importantes a la cultura nacional. Uno de sus menos conocidos, pero más importantes renglones es el de ayudar a investigadores. Yo mismo me he beneficiado con la ayuda de los eficientes archivistas de la entidad en la recuperación de documentos de ayer.
Es bueno dejar constancia de que entre nosotros hay una importante entidad cultural que funciona y agradecer la existencia de esa ayuda a la cultura del Banco de la República. Ojalá hubiera en el país muchas más entidades similares.
