En estos días se conmemora el centenario del nacimiento de uno de los más importantes compositores colombianos, Fabio González Zuleta, quien fue notable creador de una obra que se puede considerar monumento básico dentro de nuestra música. Aunque un derrame cerebral le impidió por muchos años continuar componiendo, lo que alcanzó a producir es un impresionante homenaje a su capacidad artística. Pocos músicos supieron unir como él las grandes tradiciones del pasado con una búsqueda incesante de progreso basado en evolución y no en revolución. Las obras de Fabio González Zuleta muestran a un artista investigativo, innovador y de una curiosidad musical que lo convirtieron en un creador de envergadura y originalidad. Dentro de sus logros está el histórico de haber sido el primer colombiano que hizo música electrónica y además incursionó en el serialismo. Hizo igualmente música para cine y para ballet y su catálogo es impresionante por su calidad.
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Además de lo anterior, fue un activo promotor que contribuyó al desarrollo del arte musical en el país. En especial, como director del Conservatorio de Música propició la transición definitiva de la escuela elemental que había sido hasta ese entonces a una entidad universitaria con todas las de la ley. Dentro de esa labor didáctica (donde fue maestro de muchos importantes músicos colombianos), fundó además un centro de investigaciones folclóricas y creó el primer departamento de ópera que hubo en Colombia. Este fue el semillero de muchos importantes cantantes nacionales que después mostraron que en el país se podía hacer ópera con colombianos.
La pandemia ha impedido que se conmemore este centenario en forma adecuada, pero es justo rendir este homenaje a uno de los grandes creadores musicales del país.
