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En estos días se cumplen 500 años del nacimiento de Giovanni Pierluigi da Palestrina, uno de los grandes compositores de la historia de la música, ya que aún hoy día, quienes la estudian, siguen las reglas del contrapunto usado en sus obras. Además de sus composiciones, de una belleza inefable, otro servicio que Palestrina hizo al arte musical fue que le atribuyen haber salvado la polifonía. Lo que sucedió es que en el Concilio de Trento censuraron fuertemente la música usada en la Iglesia, ya que afirmaban que esta había adoptado canciones de taberna, por un lado, y por el otro, que se había sofisticado tanto con la polifonía que no se podían entender las palabras de la misa. Buscaban entonces volver a lo simple del canto gregoriano y el Papa Marcelo II transmitió esas inquietudes al coro pontificio. Palestrina que dirigía esa agrupación coral, trató de demostrar que los problemas no eran culpa de la polifonía sino de su mala aplicación, y aprovechando que Marcelo murió por ese entonces, compuso la llamada Misa del Papa Marcelo, una de las cumbres de la música de todos los tiempos. La leyenda decía que Palestrina había sido inspirado para crearla por un coro de ángeles. La obra fue tan convincente que la Iglesia nunca más volvió a rechazar la música polifónica.
Palestrina, además de genial músico, fue empresario de éxito y complementó las escasas entradas que recibía por la música con una peletería y un negocio de vinos, complementado con ser agente de finca raíz. Tuvo la sabiduría de casarse con una rica matrona, Lucrecia Gori, que aportó al matrimonio una casa, viñedos y, tal como lo menciona el documento de matrimonio, un asno de color castaño. Cuando Lucrecia murió, abandonó su deseo de retirarse del mundo y se volvió a casar con la viuda de un peletero, lo cual incrementó su fortuna, claro caso de aquello que dicen de llegar al patrimonio por el matrimonio. Palestrina fue uno de los pocos compositores adinerados, un equivalente al multimillonario de nuestros días, en la historia de la música.
Pero eso poca importancia tiene al lado de su inmensa contribución, no solo a la teoría del arte, como ya se dijo, y a haber salvado la polifonía, sino a la creación de grandes composiciones que aún tienen vigencia. Por ejemplo, Bach estudió y copió las misas de Palestrina, como fuente de conocimiento, y Mendelssohn afirmó que su grandeza era comparable a las de Beethoven, Mozart y Bach. A los cinco siglos de su nacimiento, el legado musical de Palestrina sigue creciendo, y es unánimemente considerado uno de los más grandes artistas de la historia.
