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El “Drácula” que vio García Márquez

Manuel Drezner
01 de junio de 2023 - 02:00 a. m.

En el único tomo de sus memorias que escribió Gabriel García Márquez hay una curiosa mención que ha intrigado a muchos amantes del cine. Se trata de cuando cuenta que una de las primeras películas que él vio en su vida en Zipaquirá fue Drácula y agrega que los artistas eran Carlos Villarías y Lupita Tovar. Todos recuerdan que la versión clásica de este filme fue la que consagró a Bela Lugosi como el gran artista del horror, en 1931, y cuya intérprete femenina era Helen Chandler, pero esta aparente contradicción tiene detrás una interesante historia.

La llegada del cine parlante tuvo como una de sus consecuencias que el gran mercado de exportación que tenía Hollywood en los países de habla hispana se comenzó a perder. Mientras que las películas mudas se podían mandar a cualquier sitio del planeta, simplemente con el barato cambio de cambiar los títulos al idioma del país a donde iban, las películas sonoras no las entendían en sitios donde no se hablara inglés. En esa época no existía la tecnología para hacer doblajes y la gente no aceptaba los subtítulos, ya que una de las ventajas del cine sonoro era que permitía al público oír hablar a sus artistas preferidos. El mercado del cine en nuestros países era demasiado importante para Hollywood y para no perderlo decidieron usar una solución aparentemente perfecta. Se trataba de que cuando se filmaban de día las películas en inglés, de noche se usaban las mismas escenografías para llevar al celuloide con actores hispanos, para repetir la filmación diurna, pero en una nueva cinta, está en español. Esa repetición resultaba económica y permitía tener dos películas por poco más del precio de una.

En el caso de Drácula, donde el actor central era Lugosi, su repetición se hizo con un galán mexicano, el mencionado Villarías y en lugar del director de la versión inglesa, Tod Brown, la española la dirigió George Melford, quien hablaba español. El inesperado resultado es que muchos consideraron la versión española mejor que la inglesa, ya que Melford pudo corregir muchos problemas de ambientación que tuvo la original y logró además una iluminación más acorde con el horror de la cinta.

Esa versión española fue entonces la que vio García Márquez en Zipaquirá, pero lo malo fue que a pesar del éxito que tuvo en Latinoamérica, por cualquier razón la cinta desapareció después de su explotación y nadie supo de ella por muchos años. Fue catalogada entre los filmes perdidos, pero inesperadamente, en 1989, en los Archivos Fílmicos de La Habana, apareció una copia que sirvió para una restauración y hoy día esta película es fácil de conseguir por quienes estén interesados. Vale la pena agregar que estoy de acuerdo que, con excepción de la magistral actuación de Lugosi, la versión en español sí es mucho mejor.

 

Atenas(06773)01 de junio de 2023 - 02:19 p. m.
Cuán interesante. De antes hube visto las cintas sobre Drácula y no niego q' me entretuvieron; mas hoy, con este redivivo Drácula Petro en el solio, me basto, e igual espero q' rápido desaparezca a partir de nueva alborada q' pronto en Colombia habrá. Mientras a lo lejos ya se oye el redoblar de unos tambores en manos de reservistas.
usucapion1000(15667)01 de junio de 2023 - 04:21 a. m.
UN ARTÍCULO REFRESCANTE para aliviar tanta noticia malsana por tergiversaciones o exageraciones de la prensa tradicional que teme el cambio real que necesitamos.
Marco(88477)01 de junio de 2023 - 09:31 p. m.
Ve, no sabía esto de filmar en inglés de día y en español de noche en el mismo escenario con distintos actores. Gracias.
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