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Muchos no saben que el evento musical continuo más antiguo del país es el Festival de Música Religiosa de Popayán, que este año llega a su edición número 61, o sea que ya hace más de medio siglo que las semanas santas en esa ciudad son el escenario de una importante manifestación musical. A pesar de llamarse festival de música religiosa (y en sus principios fue este género el único que se manifestaba) se incluyen desde hace años muchas obras maestras seculares al lado de las manifestaciones litúrgicas. Es interesante además del hecho que los organizadores señalan con orgullo, que del medio centenar de actividades programadas, 48 o sea la inmensa mayoría, serán de entrada libre.
Muchas de las actividades se centrarán alrededor de la visita de la Orquesta Sinfónica de Colombia, que será parte del festival, y que interpretará la Misa de Gloria de Puccini, además del concierto para violín de Mendelssohn, y dos obras de Beethoven, la Séptima Sinfonía y la Fantasía Coral (que curiosamente el mismo Beethoven estrenó en el mismo concierto). La orquesta se dividirá en varios grupos de cámara que visitarán diversas zonas de Popayán y aledaños para llevar música a los más recónditos lugares de la región. En las obras corales participará el Coro Nacional de Colombia.
Muy interesante dentro de las actividades por desarrollar será una residencia infantil con cincuenta niños de los municipios limítrofes y una residencia semi-profesional con la Academia Filarmónica Iberoamericana, como parte de un proyecto didáctico de grandes alcances. Parte de estas actividades es una alianza con la Universidad de Boston, que participará con un recital especial. Hay artistas nacionales e invitados extranjeros, entre ellos los violinistas Gary Levinson y Johanneke Haverkate, el pianista Joseph-Maurice Weber y el tenor colombiano David Guzmán, actual docente de la universidad mencionada.
Es bueno poder destacar eventos como este, que muestran que fuera de la capital puede haber una vida artística activa y de importancia. El que haya eventos didácticos como los citados y muchos otros agrega al valor del festival en especial las actividades dedicadas a los niños, que serán los aficionados a la música de mañana. Este festival tan longevo es algo importante para la vida artística colombiana y uno no solo le desea éxito sino que perdure por muchos años más. Esto es importante para el arte y la cultura nacionales.
