Después de una racha que parecía interminable de películas cinematográficas con lo que llaman superhéroes como protagonistas, los resultados económicos han comenzado a ser tan desastrosos que muchos proyectos de nuevas películas con esos extraños seres están comenzando a ser archivados. De hecho, hace unos meses se supo que una de ellas sobre una mujer que también era gata ni siquiera la iban a estrenar, así de poco prometedora les parecía a los productores. Las tiras cómicas que les dieron origen también están pasando por un mal rato, y ya son muchas las revistas con esos protagonistas que han sido descontinuadas.
Aunque algunos dicen que los tales superhéroes nacieron a finales de los años 30 del siglo pasado con la tira cómica de Supermán, hubo muchos antecedentes con personajes como El Fantasma, El Spirit, Buck Rogers y otros que fueron ídolos de quienes éramos niños en ese entonces. Lo que sí es cierto es que fue Supermán el primero que no solo tenía poderes sobrehumanos, sino que se ocultaba bajo otra personalidad en su vida diaria. A este le siguieron muchos como Batman, el Capitán Maravilla (que se convertía en algo invencible cuando decía “Shazam”) y muchos más hasta terminar con el Chapulín Colorado. Todos luchaban contra el crimen y la maldad, y aunque tenían antagonistas impresionantes y poderosos, el bien siempre acababa triunfante. También hubo otras parodias, como las cintas de dibujos animados del Súper Ratón, el Conejo Atómico e incluso el Hombre Araña. El éxito que tuvieron primero en las tiras cómicas y después en las películas que se hicieron con ellos como personajes centrales con unos presupuestos absurdos, pero también con una recaudación de cientos de millones de dólares, creó una moda en que cada día se inventaba un nuevo superhéroe. Sin embargo, como se dijo al principio, aparentemente esta moda está comenzando a pasar, ya que cada vez es más difícil ser novedoso y cada película acaba pareciendo una nueva versión repetida de las anteriores.
No estoy seguro de que sea lo que vaya a reemplazarlos, pero esas fantasías sin duda fueron exitosas gracias a que en el fondo mostraban los deseos subconscientes de los espectadores y eran una forma de escapismo fácil y barato. Pero que algo vendrá se puede tener como axiomático y aunque no los llamen superhéroes, pertenecen a esa misma familia que por tantísimo tiempo hizo gozar no solo a niños y adolescentes, sino también al mundo de los adultos.