Publicidad

“El idiota”, en escena

Sigue a El Espectador en Discover: los temas que te gustan, directo y al instante.
Manuel Drezner
10 de junio de 2015 - 01:45 a. m.
Resume e infórmame rápido

Escucha este artículo

Audio generado con IA de Google

0:00

/

0:00

El grupo lituano Meno Fortas (nombre que alude a la fuerza del arte), bajo la dirección de Eimuntas Nekrosius, presentó en el Santo Domingo una versión de la gran novela de Dostoievski El idiota, en una maratón teatral de casi cinco horas de duración.

Baste con decir, para describir los méritos de este espectáculo, que las cinco horas transcurrieron sin cansar y con un público evidentemente compenetrado con la presentación, a pesar de que el lituano no es idioma que muchos dominen, aunque en este caso los títulos fueron acertados y útiles.

El idiota del título no lo es tanto. Se trata de un hombre ingenuo, el príncipe Mishkin, que por su bondad es considerado débil mental, una ironía del autor ruso para mostrar que muchas veces se confunde el buen corazón con idiotez. Mishkin es una de las creaciones sublimes de la literatura y la grandeza de la novela de Dostoievski se refleja en el hecho de que hay otros dos personajes en ella que están a la par. Una es Natasha Filipovna (quien en realidad es el centro de la obra), una mujer que ha sido la concubina de un noble que trata de entregarla a un escribiente por dinero cuando el noble quiere casarse con una muchacha de la nobleza. Pero Natasha es orgullosa y prefiere entregarse a otra gran creación literaria, el rico Rogoshin, el tercer gran personaje de El idiota. Rogoshin representa el amor apasionado y ciego que acaba, como en la cita de Oscar Wilde, matando lo que más ama. Mishkin tiene compasión por Natasha (que ella confunde con amor), pero a quien ama en realidad es a Aglaya y se tiene que sacrificar para que su caridad no se revele.

Como puede verse, la complejidad de la novela es inmensa y quizá por eso ha sido adaptada tanto al cine como al teatro. La mayoría de las versiones se concentran en el argumento y por eso ignoran el elemento de crítica social y religiosa que Fedor Dostoievski introdujo en su densa creación, uno de los pilares de la literatura. La explicación de lo extenso de la presentación de los lituanos es que ellos sí dejaron esas partes de ideas sociales, si bien ignoraron algunas que forman parte de la novela. A pesar de que ésta es de un realismo extremo, el director decidió hacer una versión estilizada, con movimientos escénicos artificiales, una clara aplicación de los principios brechtianos del alejamiento. Quizá eso disminuyó el dramatismo de algunos momentos de la obra original, como el enfrentamiento de Natasha Filipovna y Aglaya o la tremenda escena en la que Natasha echa una fortuna al fuego para probar a su antiguo pretendiente, por no decir nada del conmovedor final, cuando Rogoshin asesina a la mujer que ama y Mishkin lo acompaña resignado, después de haber sido abandonado por su amor verdadero. A pesar de eso, el impacto de la obra fue claro y esta presentación puede considerarse como un momento culminante de la temporada artística de este año.

Conoce más

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscríbete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.