La Cámara Colombiana del Libro ha dado a conocer las estadísticas sobre el comportamiento del libro durante el año pasado y ellas son preocupantes. Aunque en el 2020 se editaron más de 20.000 títulos diferentes y las ventas totales de libros sumaron 34 millones de ejemplares por un valor de más de $670.000 millones, esa cifra representó una disminución de 16,1% con respecto al año anterior. Igualmente, las exportaciones de libros disminuyeron en casi 45% y todos los canales de venta, con excepción de los de comercio electrónico, registraron caídas impresionantes ya que, por ejemplo, las librerías disminuyeron sus ventas en casi 35%. Las ventas por internet sí crecieron en casi 70%, pero ese crecimiento no fue suficiente para compensar las caídas que hubo en otros canales. Igualmente, el personal empleado disminuyó en una cuarta parte, lo cual quiere decir que mucha gente especializada en el campo del libro quedó sin empleo.
Todo parece indicar que este año que está acabando no será mejor ya que además se está presentando una escasez mundial de papel que impide que la impresión de libros se haga normalmente o sea que muy probablemente el número de títulos y la cantidad de ejemplares editados disminuirán notablemente. Esas estadísticas se refieren a Colombia, pero la situación internacional es bastante similar y en todas partes reportan disminución de ventas de libros.
Para quienes creemos que el libro es un elemento cultural básico, esos problemas que tienen su edición y venta preocupan ya que el mismo futuro del libro está en juego. No se ve solución a la vista, pero es de esperar que haya fuerte respaldo del público para evitar que el libro se acabe, porque ese sería un golpe fatal para la misma civilización.