Aunque pareza increíble, hay una campaña internacional para buscar que se perdone oficialmente a las brujas que fueron ejecutadas en Estados Unidos y en Europa entre los siglos XVI a XVIII. Es interesante saber que esa campaña ha dado resultado, como lo muestra el que diversas legislaturas en varios países ya han expedido leyes que proclaman el perdón a quienes fueron condenadas por brujería. Las más recientes son las expedidas en Escocia, donde se calcula que unas 20.000 brujas fueron ejecutadas, y en el estado de Massachusetts, donde perdonaron igualmente a todas las brujas que fueron condenadas hace siglos. En cuanto a las célebres de Salem, hace varios años declararon que los juicios habían sido injustos y que las mujeres ejecutadas no eran culpables de brujería. En total las víctimas de esa persecución fueron cerca de 100.000.
Contra lo que se cree, entre quienes fueron juzgados por ejercer la brujería hubo una buena cantidad de hombres; casi la tercera parte, según algunos estudiosos. Durante la repugnante Inquisición, también hubo juicios por brujería que de forma invariable terminaban condenando a los juzgados. Es curioso que en ninguno de los juicios que hubo se afirmara que esos hechiceros usaban la forma de transporte que tradicionalmente se les atribuye: el de una escoba voladora, pero ese es otro tema.
De todas formas no hay que olvidar que en nuestros tiempos hubo también cacería de brujas, en los célebres juicios, especialmente contra artistas de cine, que buscaban mostrar que ellos eran culpables de haber pertenecido alguna a vez a partidos condenados. Muchos de ellos tuvieron que abandonar su profesión y, aunque ya no les sirva de nada, aún no han sido perdonados, o sea que a las brujas que hacían hechicerías les ha ido mejor que a los intelectuales.