Fue el gran periodista estadounidense E. B. White quien una vez escribió que la tragedia del periodismo es que los periodistas son una versión moderna de Casandra. Para quien recuerde la mitología griega, hoy se diría que Casandra fue acosada sexualmente por Apolo, quien trató de seducirla dándole el don de la profecía. Es don raro este para seducir a alguien, pero lo cierto es que Casandra dejó al dios, como se dice, con los crespos hechos y Apolo, furioso, como ya no podía quitarle lo que le había dado, decretó que nadie creería sus profecías. Según White, el buen periodista de nuestros días analiza hechos y predice sus consecuencias, pero nadie le cree y cuando estas suceden ya es tarde. No vale decir: “¿No se lo dije?”, porque el mal está ya hecho.
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Fue el gran periodista estadounidense E. B. White quien una vez escribió que la tragedia del periodismo es que los periodistas son una versión moderna de Casandra. Para quien recuerde la mitología griega, hoy se diría que Casandra fue acosada sexualmente por Apolo, quien trató de seducirla dándole el don de la profecía. Es don raro este para seducir a alguien, pero lo cierto es que Casandra dejó al dios, como se dice, con los crespos hechos y Apolo, furioso, como ya no podía quitarle lo que le había dado, decretó que nadie creería sus profecías. Según White, el buen periodista de nuestros días analiza hechos y predice sus consecuencias, pero nadie le cree y cuando estas suceden ya es tarde. No vale decir: “¿No se lo dije?”, porque el mal está ya hecho.
Por otro lado, hay una fábula, la del cascabel del gato, que cuenta de una asamblea de ratones que buscaba formas de defenderse del peligro que el felino representaba para la raza ratonil. La idea que tuvo aprobación unánime fue que se le debía colocar al gato un cascabel, en tal forma que los ratones pudieran oír cuando se acercaba y así alcanzar a huir. Todos estaban felices con la idea, pero uno de los ratones (probablemente un ratón periodista) echó un balde de agua fría a la idea con una simple frase: “¿Y quién le pone el cascabel al gato?”. Esto representa otro de los problemas que tiene el periodista, que muchas veces muestra la debilidad de algún concepto que parece brillante, pero no es práctico.
En resumidas cuentas, lo dicho no es sino una forma de mostrar cómo el buen periodismo de opinión ayuda a predecir lo malo que puede suceder o a explicar lo absurdo de una propuesta; el problema es que, como a las casandras mitológicas, no les creen.