El Arte y La Cultura
Una interesante discusión tuvo lugar durante la pasada Feria del Libro sobre cuál fue el primer libro impreso del que se conoce su existencia. Curiosamente, los panelistas mencionaron una serie de títulos de gran valor, entre ellos inevitablemente La Biblia de Gutenberg, pero a ninguno le oí mencionar el que se encontró en la llamada Cueva de los Mil Budas en China. Este increíble sitio arqueológico, llamado también Cueva de Mogao, es un sistema de unos 500 templos donde los sacerdotes budistas depositaron hace muchos siglos una increíble colección de obras de arte, manuscritos y también libros impresos. Como sucedió con cantidad de descubrimientos similares en todo el mundo antiguo, los tesoros encontrados fueron robados y hoy están distribuidos en museos y colecciones particulares por todo el planeta. Entre ellos había miles de documentos, y estaba un libro que se llama La sutra del diamante, que hoy día es considerado por los expertos como la obra literaria impresa más antigua que, a pesar de ser de autor anónimo, es una joya cuya lectura es agradable y amena.
La palabra sutra, como bien lo saben quienes han leído el tratado erótico Kama Sutra, que escribió Mallanaga Vatsayana, indica una colección de dichos y lecciones, en este caso sobre sexualidad. Pero en La sutra del diamante es algo completamente diferente. Aquí el centro no es el erotismo, sino la búsqueda de la sabiduría a través del desapego mental, el mismo que los practicantes de yoga, aun en nuestros días, consideran básico para alcanzar el nirvana. A principios del siglo XX, un arqueólogo austro-húngaro llamado Marc Aurel Stein, que estaba explorando la Cueva de los Mil Budas se topó con esta obra, impresa por los antiguos chinos (no hay que olvidar que ellos inventaron la imprenta muchos siglos antes que Gutenberg) y se encontró con que ella tenia fecha de impresión, equivalente en los calendarios chinos a nuestro 11 de mayo del año 868 y no se conoce obra impresa anterior a esta.
La sutra del diamante es una colección de lecciones del Buda a un monje compañero de nombre Subjuti, dedicadas especialmente a demostrarle la importancia de la liberación de los seres humanos de cualquier relación terrenal e incluso de su misma conciencia para alcanzar el nirvana. Igualmente, se alcanza así la perfección de la sabiduría y la capacidad de transmitir a otros esas lecciones.
Para quienes estén interesados, hay traducciones al español de esa obra, fáciles de conseguir en los portales dedicados a la venta de libros e incluso en las librerías capitalinas. Esto aclara las omisiones de los panelistas mencionados al principio y de paso acaba con la leyenda de que el primer libro impreso fue lo que hizo Gutenberg.