En un hermoso libro, la artista colombiana Pilar Caballero ha reunido los diseños teatrales creados por ella a lo largo de más de treinta años para el Teatro Libre. Es agradable, aunque no inesperada, la sorpresa que uno encuentra en esa edición, que muestra cómo ella sabe captar el espíritu de las obras, con acierto y con gran sentido del humor, que igualmente ha caracterizado muchas de sus creaciones en otros campos.
El diseño teatral en una época se reducía a hacer telones pintados, con falsas perspectivas y un pseudorrealismo que muchas veces chocaba a la vista. Es muy reciente la transformación de este arte en algo que produzca complementos de concepto que se incorporen y agreguen a los valores de la producción teatral los contenidos que provienen de esos elementos visuales que son la escenografía y el vestuario. Muchas veces, un buen diseño escénico puede ayudar a que se entienda y se asimile el concepto del director y lograr así el objeto de comunicación con el público.
Pilar Caballero, como buena artista que es, ha logrado penetrar en el espíritu de las obras, y quienes hemos visto algunas de ellas siempre nos hemos sorprendido gratamente al ver cómo las ideas del director han sido traducidas y complementadas por la parte física de la escena. Pero, además de esto, Pilar Caballero ha logrado hacer todo con buen gusto y, de hecho, sus escenografías y vestuarios pueden considerarse obras de arte, con colores usualmente sobrios pero que complementan la idea del dramaturgo y destacan la actuación de cada personaje. Usualmente lo que hace la diseñadora se ajusta a la época y lugar donde se desarrollan las acciones, sin recurrir a esos tontos cambios cronológicos a los que son tan adeptos algunos directores.
De todas formas, este libro es testimonio del trabajo de una artista que sabe, y lo que sabe lo hace con buen gusto, y merece ser conocido por todos quienes aman el teatro. Como nota adicional, vale la pena dejar constancia del repertorio que a lo largo de todos estos años ha presentado el Teatro Libre, tal vez el único entre nosotros que en forma constante presenta obras teatrales importantes, sin recurrir a la facilidad del teatro comercial. En el Teatro Libre se ha presentado gran teatro, y aunque a veces montan adaptaciones de novelas importantes (tendencia que siempre he deplorado, ya que si hay tan buen teatro que no se ha presentado, ¿cuál es el objeto de las adaptaciones?), el repertorio que reúne el libro de Pilar Caballero y muchas otras obras montadas en ese recinto conforman una muestra de gran teatro.
En un hermoso libro, la artista colombiana Pilar Caballero ha reunido los diseños teatrales creados por ella a lo largo de más de treinta años para el Teatro Libre. Es agradable, aunque no inesperada, la sorpresa que uno encuentra en esa edición, que muestra cómo ella sabe captar el espíritu de las obras, con acierto y con gran sentido del humor, que igualmente ha caracterizado muchas de sus creaciones en otros campos.
El diseño teatral en una época se reducía a hacer telones pintados, con falsas perspectivas y un pseudorrealismo que muchas veces chocaba a la vista. Es muy reciente la transformación de este arte en algo que produzca complementos de concepto que se incorporen y agreguen a los valores de la producción teatral los contenidos que provienen de esos elementos visuales que son la escenografía y el vestuario. Muchas veces, un buen diseño escénico puede ayudar a que se entienda y se asimile el concepto del director y lograr así el objeto de comunicación con el público.
Pilar Caballero, como buena artista que es, ha logrado penetrar en el espíritu de las obras, y quienes hemos visto algunas de ellas siempre nos hemos sorprendido gratamente al ver cómo las ideas del director han sido traducidas y complementadas por la parte física de la escena. Pero, además de esto, Pilar Caballero ha logrado hacer todo con buen gusto y, de hecho, sus escenografías y vestuarios pueden considerarse obras de arte, con colores usualmente sobrios pero que complementan la idea del dramaturgo y destacan la actuación de cada personaje. Usualmente lo que hace la diseñadora se ajusta a la época y lugar donde se desarrollan las acciones, sin recurrir a esos tontos cambios cronológicos a los que son tan adeptos algunos directores.
De todas formas, este libro es testimonio del trabajo de una artista que sabe, y lo que sabe lo hace con buen gusto, y merece ser conocido por todos quienes aman el teatro. Como nota adicional, vale la pena dejar constancia del repertorio que a lo largo de todos estos años ha presentado el Teatro Libre, tal vez el único entre nosotros que en forma constante presenta obras teatrales importantes, sin recurrir a la facilidad del teatro comercial. En el Teatro Libre se ha presentado gran teatro, y aunque a veces montan adaptaciones de novelas importantes (tendencia que siempre he deplorado, ya que si hay tan buen teatro que no se ha presentado, ¿cuál es el objeto de las adaptaciones?), el repertorio que reúne el libro de Pilar Caballero y muchas otras obras montadas en ese recinto conforman una muestra de gran teatro.