La invasión de Ucrania por parte de Rusia ha ocasionado reacciones de rechazo por parte del mundo occidental. A muchos artistas rusos, de gran fama en Occidente, les han solicitado que manifiesten su rechazo a esa política bélica en que un gigante trata de engullirse a un país pequeño, pero orgullosamente independiente. A quienes no han aceptado eso les han cancelado sus contratos. Una de las artistas rusas más famosas, la soprano Anna Netrebko, por ejemplo, para evitar polémicas decidió declarar que dejaría de cantar en parte alguna por un tiempo.
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La invasión de Ucrania por parte de Rusia ha ocasionado reacciones de rechazo por parte del mundo occidental. A muchos artistas rusos, de gran fama en Occidente, les han solicitado que manifiesten su rechazo a esa política bélica en que un gigante trata de engullirse a un país pequeño, pero orgullosamente independiente. A quienes no han aceptado eso les han cancelado sus contratos. Una de las artistas rusas más famosas, la soprano Anna Netrebko, por ejemplo, para evitar polémicas decidió declarar que dejaría de cantar en parte alguna por un tiempo.
Quien más ha sido rechazado por su adhesión a las políticas de Putin ha sido el director de orquesta Valery Gergiev, quien se ha convertido en una especie de paria en el mundo musical por su amistad con el dictador. Su incondicional apoyo a las políticas del Kremlin ha sido rechazado incluso por aquellos que afirman que arte y política no se deben mezclar. Gergiev se ha presentado un par de veces en Bogotá y no cabe duda de que es un director de categoría, pero pese a eso ha sido despojado de cantidad de puestos que tenía. Sigue como director musical del Mariinsky de San Petersburgo, pero otras entidades lo han despedido. La Filarmónica de Múnich, que él dirigía, lo separó de su cargo e igualmente La Scala de Milán le canceló todos los contratos que tenía. Lo mismo hicieron la Filarmónica de Viena y la Orquesta de Rotterdam. Gergiev, uno de los directores más admirados de nuestros días, ha perdido gran parte de su ocupada agenda.
Probablemente más tarde se tratará de analizar si ese boicot se justifica, pero la verdad es que el mundo artístico se ha solidarizado con Ucrania y el resultado ha sido la desaparición de grandes artistas rusos del panorama musical.