La Orquesta Sinfónica Nacional de Colombia, bajo la dirección de su titular Yeruham Scharovsky, acaba de terminar una gira que la llevó a importantes escenarios de Brasil y de Argentina. Las informaciones que llegan es que los conciertos fueron un importante éxito artístico y mostraron que esta agrupación ya ha madurado lo suficiente como para enfrentar los retos que esa gira implica.
El que la orquesta se desplace a otros países es importante para el desarrollo del conjunto y trae una serie de beneficios que, sin duda, contribuirán a mejorar la orquesta aún más. Por un lado está la evidente conexión cultural que abre nuevas perspectivas y experiencias para los músicos, los cuales así amplían sus horizontes. Igualmente, el tocar para públicos diferentes les trae nuevos e importantes desarrollos, gracias a la oportunidad de enfrentarse a otras audiencias y eso hace crecer la confianza en sí mismos de los artistas que forman parte de la agrupación. Al desarrollar nuevas perspectivas, igualmente se amplían los horizontes musicales y hay oportunidades para el desarrollo profesional, ya que se comparten nuevos puntos de vista. Las giras muestran el grado de desarrollo de la agrupación, lo cual es importante.
Todo lo anterior muestra la importancia de que las orquesta hagan giras. En la vieja Sinfónica que dirigía Olav Roots, cuando ellos hicieron conciertos en Miami, los músicos unánimemente declararon haber ganado con la experiencia. Por eso hay que celebrar esta iniciativa y congratularse por el éxito que tuvieron en el exterior estos artistas colombianos. Parece que habrá otras giras en el futuro cercano y lo único que hay que esperar es que en el repertorio se incluyan más obras de compositores nacionales.