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Ya Bernard Shaw, el gran dramaturgo y crítico musical, lo dijo todo cuando afirmó que "igual que descuella el Everest entre las montañas, se destaca la Misa en Si menor de Bach en la música".
Y eso es tan cierto, que la oportunidad que nos dio el Teatro Santo Domingo de oírla, por uno de los más importantes intérpretes de Bach de nuestros días, desde ya se debe catalogar como uno de los grandes acontecimientos musicales en Bogotá de los últimos años.
En efecto, la versión que dirigió Hellmuth Rilling, con su orquesta y coro de Stuttgart, nos presentó un evento musical digno de recordarse, más si se tiene en cuenta que esta gran obra maestra de la música sólo se ha presentado en la capital en poquísimas ocasiones anteriores, entre ellas la inolvidable de la Coral de Robert Shaw, y ¡esto fue hace cincuenta años! Rilling va en contra de lo que algunos puristas exigen y no usó instrumentos de la época (aunque las cuerdas con un mínimo de vibrato fueron una concesión a esa exigencia), pero la hermosa sonoridad que logró de sus conjuntos y el extraordinario equilibrio entre ellos demuestra que eso de los instrumentos de época, si bien es laudable no es estrictamente necesario. El público respondió con creces al esfuerzo que significa transportar esas fuerzas vocales e instrumentales y el gran resultado final convierte a este concierto en uno de los inolvidables que se han escuchado entre nosotros. Los solistas vocales tuvieron buen desempeño, así sus voces no fueran excepcionales y los obligatti de diversos instrumentos que Bach creó en su obra fueron brillantes, en especial la trompa de caza y flauta y oboe.
No sobra mencionar que Bancolombia fue uno de los patrocinadores de esta presentación, y esto debe destacarse porque con estos patrocinios esa empresa está cumpliendo con su deber de devolver a la sociedad en la que desarrolla sus actividades, parte de lo que produce. Ojalá este ejemplo se multiplicara y otras empresas cumplieran con ese mecenazgo que es parte de sus obligaciones sociales.
Lo único por lamentar es que este haya sido concierto único, ya que había público para más presentaciones, y una popular, para poner al alcance de todos esta obra maestra, hubiera complementado las excelencias del concierto.
Manuel Drezner
