Henri Dutilleux, cuya muerte a los 97 años de edad se acaba de anunciar, fue un compositor tan perfeccionista que en todo ese tiempo únicamente permitió que sobreviviera una treintena de obras y desautorizó todas las demás.
Pero era músico respetado por sus contemporáneos y de hecho uno de los comentarios que alguien hizo a su muerte fue que “se trataba del más importante entre los compositores menos conocidos”. Su música es ecléctica y aunque él se consideraba heredero de la tradición francesa de Debussy y de Ravel, alcanzó a incursionar en la música dodecafónica y serial, a pesar de que siempre se negó a afiliarse con ninguno de esos movimientos, ya que Dutilleux consideraba que un artista no debía someterse a dogmas y reglas que estuvieran por fuera de su inspiración. Lo cierto es que su obra no tiene rasgos personales que la caractericen y quizá esa es la característica que más le critican los estudiosos.
A pesar de todo, la música de Dutilleux es diáfana, equilibrada y muy accesible y esas características ayudaron a cimentar un puesto respetable para el compositor dentro del arte musical del siglo XX. Fue esa la razón de que muchos de los grandes intérpretes de la época incorporaran creaciones del artista a su repertorio e incluso hubo algunos, como Rostropovich, que continuamente tocaban obras de Dutilleux.
Este, a su vez mostró su agradecimiento dedicando lo poco de su repertorio creativo a esos músicos. Sin embargo, era capaz de componer con facilidad, como lo muestra la anécdota de la vez que un director necesitaba de una fanfarria para comenzar un concierto y Dutilleux la compuso en el reverso de un sobre, en el taxi que los traía del aeropuerto, y la estrenaron esa misma noche.
Henri Dutilleux era entonces un músico importante, posiblemente no de primera línea, pero sí un músico que hacía obras sólidas y serias y que indudablemente tenían atractivo. No todos los músicos pueden ser genios y posiblemente Dutilleux no lo era, pero no cabe duda de que su obra es una herencia importante del arte del siglo XX.
