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La búsqueda de igualdad en términos de género ha hecho que cualquier político que se respete ya no habla de los ciudadanos para cubrirnos a todos, sino que ahora se tiene que decir ciudadanos y ciudadanas. Si uno no se refiere a “ellos y a ellas” en lo que escribe hace que sea atacado como chovinista y la censura universal le cae encima. Eso quiere decir que los sustantivos epicenos se van a acabar. Para aclarar, el sustantivo epiceno es el que tiene un único género gramatical que designa a ambos sexos. Murciélago era uno de ellos y si se quería hacer la distinción, eran murciélago macho y murciélago hembra. Pero en México hay una excelente librería de usados, llamada La Murciélaga, lo cual quiere decir que el uso las ha incorporado al idioma.
Esto como introducción a un hecho insólito. Como se sabe, una de las tiras cómicas más tradicionales es la que tiene como protagonista a Batman, el Hombre Murciélago, luchador incansable contra los criminales que no pueden ser alcanzados por las fuerzas policiales. (Un paréntesis para decir que un Batman así sería más que bienvenido en nuestra capital). El personaje ha sido llevado al cine en películas que han tenido gran éxito comercial y por eso no es de sorprender que ahora se haya hecho otro filme con una Batgirl o murciélaga. Lo curioso es que después de haber gastado US$90 millones en esta cinta, sus productores se han convertido en críticos de cine y ellos mismos han anunciado que este filme es tan malo que han decidido no lanzarlo para no desprestigiarse. No sé qué tan mala haya sido la cinta de la murciélaga, pero vistos los bodrios que se lanzan con frecuencia debe haber sido horrible.
Este es entonces un precedente que si se repitiera libraría al mundo de una cantidad de esperpentos cinematográficos que tanto han abundado en la historia de este arte.
