En un periódico británico se ha iniciado una polémica acerca de cómo debe comportarse la crítica de teatro y de música en estos tiempos de pandemia, la cual ha obligado a un receso de actividades artísticas que únicamente hasta ahora están comenzando a renacer.
Gracias por ser nuestro usuario. Apreciado lector, te invitamos a suscribirte a uno de nuestros planes para continuar disfrutando de este contenido exclusivo.El Espectador, el valor de la información.
En un periódico británico se ha iniciado una polémica acerca de cómo debe comportarse la crítica de teatro y de música en estos tiempos de pandemia, la cual ha obligado a un receso de actividades artísticas que únicamente hasta ahora están comenzando a renacer.
Según algunos, la crítica debería ser más benévola hasta que las artes puedan volver a desarrollarse normalmente. Los críticos —dicen— deben tener en cuenta los esfuerzos que hacen esos grupos para subsistir y merecen respaldo, independientemente de la calidad de lo presentado.
Las contrapartes arguyen que el deber del crítico es no rebajar sus estándares y cuando algo no tiene la altura como para merecer un elogio no se debe ser benévolo. Esto preserva la integridad artística y es guía no solo para el público sino, se espera, para los intérpretes también. Claro que el crítico solo está dando su opinión, que tiene o no validez según la trayectoria, conocimiento e imparcialidad que tenga. Es cierto que en su esencia la actividad crítica tiene algo de arrogante, pero no cabe duda de que cuando ella es conocedora y bien intencionada puede ser útil.
Lo que es interesante en este encuentro de puntos de vista es que olvidan que un periódico no tiene ninguna misión salvadora, sino que se debe a sus lectores, para quienes esas secciones de comentarios de cuestiones artísticas sirven para determinar si un espectáculo vale la pena verse. Un buen artista, por otra parte, acoge todo comentario a su obra como una base para análisis, así no comparta lo dicho. Es una polémica útil la que plantearon los amigos británicos, aunque personalmente no creo que una mala crítica jamás haya acabado con algo que tiene valor, así la crítica haya sido equivocada.