El compositor colombiano Juan Pablo Carreño ha compuesto una ópera basada en La vida es sueño, el inmenso drama de Calderón de la Barca. Después de su estreno en España, fue presentada en el Teatro Santo Domingo, en una versión con la orquesta La Chapelle Harmonique, dirigida por Valentín Tournet y el montaje escénico de Alejandro Chacón, más un buen elenco de cantantes. El libreto de Iván Olano Duque es una versión bastante condensada de la obra original.
Ya se han hecho otras óperas sobre la obra de Calderón, entre ellas una de Lewis Spratlan (quien murió hace pocos meses), la cual ganó el Pulitzer de música y que se caracteriza por diferenciar musicalmente a cada personaje. Pero Carreño decidió tomar otros rumbos e hizo una obra en un estilo neobarroco, que a lo largo de la representación hace uso de extensos recitativos con la orquesta proporcionando un fondo melódico. Es un concepto interesante, así valga preguntarse si se justifica hacer una ópera barroca en el siglo XXI, pero lo cierto es que la creación hubiera ganado si del libretista haber acortado aún más su adaptación. Los cantantes estuvieron correctos, aunque no fueron ayudados por un montaje escénico supremamente estático, casi como si los personajes no estuvieran haciendo una representación sino cantando en un concierto y que, además, tenía momentos inexplicables, como por ejemplo cuando se ponen a darle vueltas a la caja que representa la torre donde está preso el protagonista. El decorado, muy sencillo, agregaba a la impresión estática del montaje.
Es muy bueno que se dé a los creadores colombianos la oportunidad de presentar sus obras, como sucedió en este caso y, aunque el resultado fue interesante, podrían hacerse algunas correcciones que contribuirían a un mejor éxito.