El ilustre pianista John Lill fue el encargado de hacer el lanzamiento del nuevo festival de música que presentará el Teatro Mayor y que en su nueva versión, esta vez dedicada a Mozart, que tendrá lugar en abril del año entrante, incluirá decenas de conciertos a lo largo de cuatro días en quince escenarios diferentes de la ciudad.
Será un festín musical que obligará a los amantes de la música a hacer difíciles escogencias, porque obviamente no existe forma de asistir sino a una fracción de lo ofrecido. E incluye sonatas, música de cámara y orquestal, además de presentaciones de dos de las grandes obras corales de Mozart, la Misa en do menor y el Réquiem. Lamentablemente faltarán óperas, ya que la logística de las presentaciones no permite que puedan ser incluidas.
Curiosamente, Lill, quien hizo el lanzamiento, no estará entre los artistas del festival de abril, pero al menos lo pudimos disfrutar ahora como solista en un concierto sinfónico y en un recital que incluyó dos sonatas de Mozart, además de las bellísimas variaciones de Brahms sobre un tema de Händel y de una de las piezas más difíciles que existen para el piano, la brillante Toccata de Prokofiev. La técnica de Lill, de la cual se dio cuenta en presentaciones pasadas, es algo increíble y se pudo oír al que sin duda es uno de los grandes pianistas de nuestros días.
No sólo se lanzó el Festival Mozart sino que también se anunció la programación del Teatro Santo Domingo para el año entrante. Esta será algo digno de recordarse, ya que, aparte de la Orquesta de Chicago con Muti y la Simón Bolívar de Venezuela con Dudamel (que tocará el ciclo completo de las sinfonías de Beethoven), habrá una colaboración con la Biblioteca Luis Ángel Arango durante la cual sendos cuartetos de cuerda tocarán las integrales en este género de dos grandes de la música moderna, el ruso Shostakovich y el brasileño Villa-Lobos. Esto es algo más que digno de destacar. Un ballet uruguayo que dirige Rocca hará una versión danzada del Mesías de Händel y no sólo habrá conciertos en gran número sino que oiremos hasta ópera (Rigoletto por la Casa de Ópera de Zúrich) y zarzuela, con El manojo de rosas. El espacio es muy corto para citar muchas de las maravillas que se nos ofrecerán y se dedicará otro comentario en el futuro a esta brillante programación. Lo cierto es que el Santo Domingo está poniendo a Bogotá, desde el punto de vista de espectáculos culturales, a la altura de muchas de las grandes capitales del mundo.
