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El gran compositor español Enrique Granados no tuvo mucha suerte.
A pesar de tener un miedo fóbico al agua, aceptó viajar por barco de España a Estados Unidos para asistir al estreno de su ópera Goyescas. Debía devolverse en la misma embarcación, que por ser española era considerada neutral durante la Primera Guerra Mundial, pero el presidente de Estados Unidos lo invitó a la Casa Blanca y, por aceptar la invitación, cambió a un barco de bandera inglesa y este fue torpedeado por los alemanes. Granados se hubiera podido salvar, pero vio a su esposa tratando de navegar y por tratar de salvarla, él mismo se ahogó al lado de ella. Su equipaje fue recuperado y en él estaba una obra temprana de Granados, María del Carmen que había sido estrenada en 1898 y que Granados consideraba mejor obra que Goyescas. Granados le había hecho una extensa revisión y aspiraba a que esa obra también fuera publicada y estrenada en Nueva York, respaldándose en el éxito que había tenido con Goyescas.
Lo malo es que esa partitura misteriosamente desapareció y aunque la María Carmen original se representa ocasionalmente (incluso hay una grabación de ésta) la versión revisada que Granados consideraba su obra maestra. Aparentemente había quedado en manos de uno de los herederos, pero los otros parientes de Granados por años litigaron por su posesión con lo que bloquearon el uso de esta versión definitiva hasta que alguien reportó que se había quemado en el incendio del depósito donde estaban las posesiones póstumas de Granados.
Aparentemente esto no fue así y un musicólogo, después de mucha investigación, comprobó que el manuscrito definitivo de María del Carmen existía y logró su adquisición por una universidad. Ahora se ha editado y corregido la partitura, y se espera que esta versión sea estrenada muy pronto, muy posiblemente en España.
Granados fue un compositor importante y sólo ha sido olvidado porque no supo adaptarse a las nuevas tendencias musicales, por lo cual muchos que no conocían su música creían que sólo se trataba de tonadillas sin valor. Como parece ser que María del Carmen (que es una versión españolizada de la Cavalleria Rusticana, de Mascagni, pero con final feliz) tiene grandes méritos no sólo musicales sino dramáticos, se cree que el estreno puede volver a poner a Granados en su sitio como uno de los grandes músicos españoles.
