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Las películas preferidas

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Manuel Drezner
11 de agosto de 2015 - 03:31 a. m.
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El placer de ver cine clásico se puede comparar al de escuchar una obra musical importante, o leer un gran libro, o mirar una obra maestra de la pintura. Es afortunado que muchas de las grandes cintas de la historia del cine estén al alcance del aficionado y es lástima que los cineclubes no hagan uso de esa verdadera cornucopia existente.

Esto a propósito de una especie de juego que se desarrolla a través de internet, en donde los aficionados al cine intercambian títulos de sus películas preferidas, así ellas no figuren en las listas que hacen los críticos de las que supuestamente son las cintas más importantes o mejores por una u otra razón. De lo que se trata es de recordar filmes que puede que no sean obras maestras pero que dejan una impresión agradable y que muchas veces se pueden ver una y otra vez. Uno encuentra en esas listas de aficionados sorpresas porque hay cintas muy buenas que uno por una u otra razón ha olvidado.

Me puse en el trabajo de recordar algunas de esas películas que uno ama y para lo que pueda servir, he aquí mi lista, sin ningún orden particular y que solo refleja el gusto de un aficionado. Pero el placer de elaborarla fue tan grande que invito a los aficionados al cine a que hagan sus propias listas y así recordar cintas que dieron placer en el pasado. Mi lista incluye Topazze, de Marcel Pagnol, con Fernandel, una increíble diatriba contra la corrupción; El malo y la bella, de Vicente Minelli, una disección de los interiores de la industria del cine; El hombre tranquilo, de John Ford, una bella evocación de la vida en Irlanda; Pigmalión, basada en la misma obra de Bernard Shaw que inspiró My fair lady; La cena de las burlas, un drama del renacimiento de Lazzari, basado en una obra de Sem Benelli; El Dr. Knock o el triunfo de la medicina, con Louis Jouvet, una comedia que satiriza la profesión médica. También hay dos películas de René Clair, El sombrero de paja de Italia, muda y que para mí es una de las cintas más cómicas de la historia, y La belleza del diablo, una variación del tema de Fausto y La kermesse heroica, una comedia que muestra cómo las mujeres pueden contrarrestar la cobardía de los hombres y ganar una batalla. Uno podría alargar la lista muchos más, pero baste con los ejemplos de hoy, que como se dijo incluyen cintas que puede que no sean grandes obras maestras (aunque algunas sí lo son), pero que pueden verse una y otra vez.

 

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