El Teatro Colsubsidio Roberto Arias Pérez ha decidido dedicar su tradicional serie de recitales de pianistas a un ciclo completo de las sonatas para piano de Beethoven.
Este ciclo, que se desarrollará en ocho conciertos, será interpretado por otros tantos pianistas, uno por concierto, con lo cual se rompe la tradicional manera de presentar estas obras en una antología integral que usualmente está a cargo de un solo pianista. Hay que decir que hay argumentos en pro y en contra para la tradición, en especial el poder conocer la visión de un gran intérprete de estas obras maestras. Pero el hecho de que se trate de pianistas nuevos y muy jóvenes, como en el caso de esta serie de conciertos, permite conocer cómo se enfrentan ellos a ese reto, sin el riesgo de adjudicarles la interpretación de obras que aún están por fuera de su experiencia.
Sin duda alguna, uno de los más impresionantes monumentos de la historia de la música es el ciclo de sonatas de Beethoven, y en Bogotá se ha presentado en su integridad por lo menos en dos ocasiones, una por el mítico pianista Wilhelm Backhaus y otra por nuestra ilustre intérprete Blanca Uribe. Por lo rara que es, por tanto, una presentación del ciclo completo, hay que decir que la serie presentada por Colsubsidio puede considerarse como un acontecimiento musical.
El ciclo se desarrolla a lo largo de varios domingos sucesivos, con un conversatorio previo a cargo de Emilio Sanmiguel, lo cual es excelente idea porque pone a un conocedor a presentar las obras a un público que de pronto es neófito en el conocimiento de las sonatas. El primer concierto estuvo a cargo de un pianista canadiense, Ian Parker, que dio buena cuenta de tres sonatas de la primera época beethoveniana y de la extraña Opus 90, que muchos consideran un torso inconcluso. Fueron unas versiones limpias y correctas, así se haya echado de menos un poco el espíritu clásico que aún contienen esas obras.
El concierto fue precedido de la presentación por el pianista colombiano Mauricio Hernández de una suite de Bach. En una época existía la obligación legal de presentar en cada concierto un “telonero” nacional, pero esa absurda disposición ya no existe para conciertos de música clásica o sea que Colsubsidio lo hizo probablemente para fomentar a los artistas de por aquí, lo cual es laudable. Quizá hubiera venido más a cuento que hubiera tocado otra obra para piano de Beethoven (por ejemplo, las Variaciones o las Bagatelas) lo cual hubiese hecho juego con el resto del ciclo.