Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
La revista “Art review” publica anualmente una lista de las cien personas más influyentes en las artes plásticas y la nueva acaba salir.
Según esa publicación, el artista más influyente es Damian Hirst, quien ha logrado el milagro de vender obras en varios millones de dólares. Hirst, se ha rebelado contra las galerías y solo vende en subastas, haciendo que sus cotizaciones suban en forma extravagante. Lo interesante es que aparte de ese nombre, solo hay une veintena de artistas en la enumeración que incluye a Jasper Johns, a Jeff Koons (recordado por haberse casado con la Cicciolina), a Takashi Murakami, un japonés que crea sus obras en forma industrial (y eso se nota en ellas), entre otros. Todos los demás son coleccionistas, galeristas y un par de críticos.
Es notable que Fernando Botero no figura pero en cambio si está el coleccionista de origen colombiano José Mugrabi, convertido en quien manda la parada en cuanto a la obra de Andy Warhol, por tener la colección más grande de su obra, más inclusive que la del museo Warhol de Pittsburgh.
Es notable ver la influencia que tienen galeristas y coleccionistas (son pocos los directores de museos incluidos) en el arte y uno no puede menos que preguntarse si lo que era arte no se ha convertido en un gigantesco negocio, en que el valor que se paga por las obras de arte no tiene alguna relación con la realidad.
La triste experiencia de coleccionistas nacionales, que han pagado precios sobre valorados y se han encontrado con que las obras en el mercado internacional valen menos , muestra lo engañoso que es el arte como inversión. La lista mencionada en el fondo muestra que el valor de una obra de arte no depende de lo que se pague por ella sino de la obra en si misma.
