El arte y la cultura

Lucha de clases en ballet y solistas venecianos

Sigue a El Espectador en Discover: los temas que te gustan, directo y al instante.
Manuel Drezner
22 de noviembre de 2018 - 02:00 a. m.
Resume e infórmame rápido

Escucha este artículo

Audio generado con IA de Google

0:00

/

0:00

La presentación en el Teatro Santo Domingo del Ballet Preljocaj, con una versión propia de Romeo y Julieta de Shakespeare, permitió ver una interpretación original del famoso drama del gran genio inglés, que ha sido usado una y otra vez en la música. Baste recordar que hay más de veinte óperas sobre el tema y que en ballet la misma música de Prokofiev que empleó Preljocaj ha sido usada por otros coreógrafos. En este caso, el creador decidió apartarse de lo que hizo Shakespeare y cambió la enemistad por razones de poderío de Montescos y Capuletos por una rivalidad en la cual la familia de Julieta es la dueña de un poder de carácter totalitario, mientras que los seguidores de Romeo pertenecen definitivamente a las clases bajas. Planteado así el conflicto, no es de sorprender que haya otras variaciones. La nodriza de Julieta es reemplazada por un par de personalidades casi mecánicas que bailan con pasos extraños. No existe un gobernador de Verona que ordene la paz para las familias, con pena de muerte si no se realiza, ya que el poder están en los parientes de Julieta, a quienes ayuda un cuerpo de matones uniformados. La escena del balcón se realiza en una especie de torre de guardia y el personaje central de fray Lorenzo es reemplazado por una misteriosa figura encapuchada. El ballet, en este caso, termina con la muerte de los dos protagonistas (en un brillante momento de danza) sin que posteriormente las dos familias se reconcilien.

Lo descrito antes da margen a una coreografía muy original (así haya algunos momentos repetitivos) y que en forma definitiva concentra la atención y el interés del público. La compañía, que lleva el nombre de su coreógrafo Angelin Preljocaj, es considerada una de las principales en Francia y su original presentación de este tema clásico explica por qué.

Un día antes se había presentado en el Teatro Estudio un grupo llamado Interpreti Veneziani, un conjunto de nueve artistas que presentan conciertos barrocos, así como otras obras para conjunto de cuerda. Fui con el temor de que este grupo esquelético no hiciera justicia a las obras, ya que reemplazar un grupo de cuerdas por músicos individuales no da margen a error. Es bueno dejar constancia que la excelencia individual de cada uno de los intérpretes permite que hagan justicia a las obras y que el concierto fue de gran categoría. Cada uno de los músicos tuvo oportunidad de mostrar su destreza, ya que los solos fueron intercambiados entre cada uno de ellos. El programa incluyó la famosa Ronde des lutins para violín con acompañamiento, obra que es considerada una de las más difíciles técnicamente compuestas para el instrumento. Fue un concierto agradable, variado y, a pesar de que no hubo música de gran profundidad, algo que valió la pena escuchar. Es sorprendente que el público no haya mostrado más entusiasmo, porque la ocasión lo justificaba.

Conoce más

 

Sin comentarios aún. Suscríbete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.