Ricardo Camacho, con su Teatro Libre, mantiene la llama del gran teatro universal y cada vez nos sorprende con obras importantes que han incluido a Shakespeare, Valle-Inclán y Gogol, entre otros.
Ocasionalmente comete el ‘pecado’ de adaptar novelas al teatro, lo cual es de dudoso valor puesto que el repertorio dramático existente es inmenso, pero aparte de eso uno puede ir a sus creaciones como director con la confianza de que verá obras importantes. Ahora entra en temporada la obra de Weiss a la cual me referí en nota anterior, Persecución y asesinato de Jean-Paul Marat tal como fue presentada por los enfermos del manicomio de Charenton, bajo la dirección del marqués de Sade, larguísimo título que usualmente se abrevia como Marat/Sade, para describir una de las obras más importantes del teatro del siglo XX.
En su pieza, el dramaturgo combinó un número de tendencias, entre ellas las teorías de Brecht y el teatro de la crueldad, para mostrar una obra con cantidad de fondo ideológico, en la cual las figuras históricas de Marat y del marqués de Sade (quien efectivamente estuvo recluido en el sanatorio de Charenton, donde ciertamente montó con los enfermos obras de teatro) sirven para desarrollar toda clase de teorías revolucionarias y mostrar con cinismo cómo, en últimas, todas ellas acaban en tragedia. Una brillante concepción con lo que se llama teatro dentro del teatro, esta difícil pieza necesita de virtuosismo y conocimiento para su montaje. Ya ella había sido presentada hace una veintena de años en versión diferente, pero sin duda la de ahora es brillante y. con la cantidad de actores en escena, Camacho demuestra unas importantes capacidades directorales.
La obra incluye (a la manera de Brecht) canciones intercaladas dentro de su desarrollo, y ellas se incluyeron en versión de músicos colombianos. Igualmente, la escenografía de Pilar Caballero es de gran originalidad y aporta en forma importante al desarrollo dramático.
Pero lo importante es que aparte de las bondades de este montaje, él muestra lo importante que es no abandonar la línea del teatro tradicional y lo que han logrado con esta presentación de Marat/Sade es un importante aporte a los movimientos teatrales colombianos. Esta obra se recomienda en forma incondicional.