En tiempos de bárbaras naciones, cuando aún no existía la televisión, la radio era el medio que entraba con mayor frecuencia a las casas. (Este recuerdo sirve para confirmar mi clasificación como “abuelo”, pero esa es otra cosa). Durante Semana Santa, las radiodifusoras decidían adherirse a la solemnidad de la ocasión y transmitían música de la llamada clásica, con resultados que a veces eran pavorosos. Por ejemplo, en una emisora tocaban invariablemente el “Brindis” de La traviata, que con su invitación a beber y a gozar del licor no reflejaba exactamente el espíritu pascual.
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En tiempos de bárbaras naciones, cuando aún no existía la televisión, la radio era el medio que entraba con mayor frecuencia a las casas. (Este recuerdo sirve para confirmar mi clasificación como “abuelo”, pero esa es otra cosa). Durante Semana Santa, las radiodifusoras decidían adherirse a la solemnidad de la ocasión y transmitían música de la llamada clásica, con resultados que a veces eran pavorosos. Por ejemplo, en una emisora tocaban invariablemente el “Brindis” de La traviata, que con su invitación a beber y a gozar del licor no reflejaba exactamente el espíritu pascual.
Aparte de esto, es claro que la Semana Santa merece un repertorio especial. La festividad, para el cristianismo, es recuerdo de la resurrección de Jesús; para los judíos, una conmemoración de su liberación de la esclavitud en Egipto y su nacimiento como nación. En ambos casos, por tanto, la festividad es una de libertad y renacimiento y las celebraciones musicales que los grandes compositores han realizado reflejan ese hecho. Obras maestras como La pasión según san Mateo de Bach o Mesías de Handel dan cuenta de los hechos y podrían ser base para el repertorio pascual.
Hay, sin embargo, quienes buscan otras alternativas para lo que se debe escuchar en el retiro de Semana Santa, este año exacerbado por la cuarentena obligada a que estamos sometidos, y yo propondría como obra básica para estos días algo menos tradicional. Se trata de la Segunda sinfonía de Mahler, la apodada Resurrección, que creo es la obra que más refleja esos sentimientos de esperanza, liberación y renacimiento simbolizados por la Pascua. Hay que probarla para confirmar lo que digo y estoy seguro de que el lector melófilo acabará de acuerdo conmigo.