En aras de la verdad crítica debo confesar que me negué a asistir a un espectáculo llamado Traviata en flamenco, que se presentó en la ciudad.
Y la razón para no haber ido aquí es que en un a reciente visita a España me encontré con que allí había cármenes en flamenco, traviatas en flamenco y poco falta para que haya tetralogías wagnerianas en flamenco. Indagando un poco me encontré con la razón real para el nacimiento de esos híbridos. Resulta que la legislación tributaria española da exenciones a espectáculos de ópera, de manera que como una forma de ‘capar’ impuestos los empresarios de flamenco decidieron incorporar la ópera al respetable espectáculo flamenco (que parece que estaba de capa caída en cuanto al público se refiere) y se encontraron con un inesperado éxito entre toda esa gente que considera que cuando va a algo con la mención de Traviata en el nombre ya se han dado su baño de cultura y pueden ufanarse de ello.
Claro que esa es una forma de esa detestable costumbre que llaman crossover (que significa algo así como colarse en otro sitio) que pone a cantantes de ópera a cantar salsa o a intérpretes populares a hacer canciones del Renacimiento. Esto lo digo con un poco de vacilación porque cuando me quejé hace un tiempo de una de nuestras orquesta tocando rock en lugar de Beethoven, un bobo me regañó y dijo que yo vivía en la caverna artística. Es posible, pero yo sigo prefiriendo mi rock puro y mi repertorio sinfónico sin mezclas. Pero aparentemente la recepción ha sido lo suficientemente buena como para que veamos a nuestra Sinfónica tocando carranga o canciones de un intérprete de moda, lo cual significa que las orquestas para atraer público bajan de nivel, en lugar de tratar de subir el nivel de su audiencia.
El resultado final de toda esta tendencia será algo diluido en que ni hacen bien lo popular ni el gran repertorio de ayer se presenta como debe ser, con un resultado híbrido y sin atractivo mayor para quienes creemos que a las monalisas no se les deben pintar bigotes, el equivalente plástico de todo lo que he descrito. Seguramente los mismos tontos que ayer me llamaron cavernario hoy me van a decir algo peor, pero a riesgo de esto sigo proponiendo que esos crossover que sólo tienen propósito comercial, sean eliminados de las programaciones serias.
