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Ópera en Múnich

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Manuel Drezner
26 de marzo de 2012 - 12:07 a. m.
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Es bueno ver que hay partes de Europa que, sin dejar de hacer montajes que tomen en cuenta los desarrollos escénicos de nuestros tiempos, no se dedican a esa absurda negación de todo lo que es ópera, lo que ha sido bautizado acertadamente con el nombre de Eurotrash, o sea basura europea.

Me refiero a una serie de montajes que vi en la Ópera Nacional de Bavaria, en Múnich, donde con todo el respeto que se debe a la concepción de sus creadores presentan espectáculos operáticos vitales y de gran calidad. No sólo eso, sino que logran el milagro de que, a pesar de ser entidad oficial, un buen porcentaje de sus ingresos viene de la venta de boletas al público, lo cual demuestra que se trata de algo que tiene gran acogida entre los monaguenses.

Una cantidad de casas de ópera en todo el mundo se está preparando para el Centenario de Wagner el año entrante, con la presentación de nuevas versiones de la tetralogía y Múnich no se ha quedado atrás. Tuve la oportunidad de ver La valquiria con un novedoso concepto en el cual la casa de Hunding está en la mitad de un campo de batalla y casi todo sucede en un ambiente doméstico, donde incluso los héroes que han traído al Valhalla cuelgan de los árboles. Con muy buenos cantantes, esta realización promete buenas cosas para el ciclo completo, que estará listo para el Centenario.

Más extraño fue un Macbeth, de Verdi, en el que las brujas son un coro de niños y donde se mezclan trajes modernos con otros de la época, para un contraste que tiene buen sentido dramático. Este fue un montaje impresionante de una de las óperas de Verdi más injustamente olvidadas en relación con sus hermanas.

Más dentro de las tradiciones fue un Barbero de Sevilla, en el que repusieron muchas partes que tradicionalmente son cortadas (aunque no se atrevieron con el aria final del tenor) y que fue una representación graciosa sin caer en la farsa.

En resumidas cuentas, en Múnich hay un público fervoroso, que llena las representaciones de su temporada y son recompensados con óperas bien montadas, con conceptos modernos, pero respetuosos de la obra original. La próxima temporada que anuncian además incluye una serie de estrenos y tiene una programación muy equilibrada entre las óperas tradicionales y otras que no están dentro del repertorio habitual. En Múnich están haciendo las cosas bien.

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