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Hay muchas novedades en el mundo cultural y quizá la más importante es el nombramiento del director venezolano Gustavo Dudamel como director de la Filarmónica de Nueva York. Desde luego, Dudamel es un músico de alta categoría, pero ya han surgido voces que opinan que una orquesta que ha tenido de directores a músicos ilustres como Mahler, Toscanini, Bruno Walter y Bernstein, no ha sido capaz de encontrar nombres similares en los últimos años. La respuesta sería, desde luego, que los Toscaninis son fenómeno artístico ocasional y que Dudamel ha mostrado ser un músico de alta categoría. El tiempo será el que dé la respuesta final.
Por otro lado, se ha sabido que un juez francés ha ordenado al increíble Museo de Orsay, en París, devolver a sus legítimos dueños cuatro obras maestras de Gauguin, Renoir y Cézanne, porque se demostró que habían sido robadas por los nazis a sus propietarios originales. Es cierto que con veredictos como estos se hace justicia, pero también se priva al público de gozar de muchas obras importantes del arte universal. Este es uno de esos dilemas sin respuesta que tantas veces se presentan.
Finalmente, una noticia que mezcla lo policial con lo macabro y es que médicos forenses en Chile han encontrado pruebas de que el ilustre poeta Pablo Neruda no murió de cáncer, como se había dicho en su tiempo, sino envenenado. Muchos lo sospechaban, pero quién fue el autor y por qué es un misterio y, por tanto, uno de esos enigmas sin resolver en la historia de la literatura. Afortunadamente, Neruda dejó una bella obra poética detrás y eso consuela si lo del envenenamiento es cierto.
La realidad es que esas noticias muestran que el mundo de la cultura sigue siendo escenario para polémicas.
