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Casi nadie se ha dado cuenta, pero se está desarrollando un llamado festival de teatro alterno, que bajo la dirección de Patricia Ariza, presenta una cantidad de grupos colombianos que por cualquier razón han sido marginados, Claro que parte de la culpa de que muchos no sepan de ese evento es de los mismos organizadores, que a estas horas de la vida aún no creen en la necesidad de divulgar, así sea a través de comunicados de internet, lo que están haciendo. Esto es común denominador de casi todos los grupos de teatro nacionales, que por cualquier motivo prefieren transcurrir en el anonimato, cuando una serie de bien escritos comunicados de prensa podrían ayudar a crear su público.
Pero lo interesante está en el hecho de que el festival alterno se está desarrollando y que el número de grupos participantes es impresionante y eso que hay muchos otros que no figuran en ningún festival. Y esto trae al tema del título que es una buena sugerencia para el Ministerio de Cultura. Se trata de que igual que hay una orquesta sinfónica nacional, debería existir una compañía nacional de teatro, ya que la cantidad de grupos en desarrollo (muchos de los cuales incluso cuentan con una subvención del Ministerio) muestra que en el país hay suficiente personal artístico como base para esa idea. La idea es que exista un teatro profesional que presente de manera digna los grandes clásicos, obras nuevas importantes del teatro universal y sobre todo, el gran teatro colombiano de ayer. Se evitaría el teatro de naturaleza puramente comercial.
Las ventajas de la existencia de una compañía nacional de teatro serían, desde luego, aparte de la creación de fuentes de trabajo para los artistas colombianos de la escena, dar oportunidad al público de conocer un repertorio importante pero que, con pocas excepciones, nadie presenta entre nosotros, y además educar en temas de la escena a las audiencias, fuera de ayudar a la creación dramática. Seguramente hay recursos que se podrían usar y que traerían un gran beneficio a las artes escénicas del país, ya que esto sería más importante que dilapidar dineros en la simple presentación de espectáculos. No hay sino que ver, para hacer una analogía, cómo la existencia de las orquestas sinfónicas ayuda a que se conozca el repertorio musical importante y es claro que el público ha respondido a sus conciertos. En el pasado se intentó alguna vez crear esta compañía nacional de teatro, pero la iniciativa no prosperó porque no se planeó en forma ambiciosa y a largo plazo. Pero el país ya está maduro para esto y ojalá que los grandes poderes culturales no echen en saco roto esta idea. El beneficio que recibiría la cultura del país es evidente y se llenaría una clara necesidad artística.
