A pesar de lo mucho que se ha mencionado a Pegaso en los últimos tiempos pocos saben mayor cosa sobre este animal mitológico que dio nombre al programa espía que tanto ha dado que hablar Según los antiguos griegos era un caballo alado, que servía de cabalgadura a Zeus, el rey de los dioses, que lo usaba cuando quería viajar de su morada en el Olimpo a la tierra y que cuando no hacía eso servía para transportar los rayos que lanzaba. Eso de caballo alado es otra muestra de la frecuencia con que los antiguos griegos imaginaban criaturas compuestas de partes de varios animales. Entre estos estaban las sirenas, con cuerpo de mujer y cola de pez; los centauros, mitad hombre y mitad caballo; la esfinge, con cuerpo de león y cabeza de dama, y la más interesante de todos, la quimera, que tenía cuerpo de león, cabeza de cabra y cola de serpiente.
A los anteriores hay que agregar entonces el centauro, un caballo con alas de ave, que podía así ir a cualquier parte, sin límites. La mitología afirmaba que se originó cuando Perseo se enfrentó a la medusa, otro bicho notable, ya que se trataba de una mujer que en vez de cabellos tenía serpientes y era tan repugnante que quien la miraba se convertía en piedra. Si alguien cortaba una de las culebras que tenía en la cabeza, crecía de inmediato nuevamente, de modo que era un rival difícil de enfrentar, pero Perseo lo hizo. Para evitar mirarla, usó su escudo y guiándose por el reflejo, decidió no peluquear a la espantosa dama, sino que le cortó la cabeza, lo cual efectivamente acabó con ella. Y aquí viene Pegaso. De la sangre de la medusa nacieron no solo un gigante, sino también Pegaso, el caballo alado. Este, además de ser cabalgadura de Zeus, tenía la peculiaridad de que donde pisara, surgía una fuente. La más notable de estas era la de la morada de las musas, que servía para ayudar a quienes ellas inspiraban. Las leyendas alrededor de Pegaso son muchas más, pero la más notable quizá es que sirvió de cabalgadura al héroe Belerofonte, para derrotar al monstruo mencionado antes, la quimera.
Ahora viene entonces la pregunta del millón y es ¿por qué dieron ese nombre a un programa de espionaje tan mencionado? La respuesta no es fácil, ya que Pegaso ha servido además para marca de camiones y tractores, para identificar – muy adecuadamente – a una aerolínea, y para máquinas de coser y una gama adicional de artículos, entre ellos el software mencionado. La respuesta solo la saben quiénes inventaron este recurso de espionaje que definitivamente no tiene nada que ver con caballos alados y sospecho que ni ellos mismos conocen la razón del nombre.