Un buen amigo me manda una carta, que en su parte pertinente dice que “…muy interesante el anuncio de las programaciones musicales y, como bien dice, la temporada del año entrante promete ser excepcional.
Pero en toda la información falta un elemento esencial. ¿Qué es lo que todos esos músicos ilustres van a tocar? Porque eso de ir a ciegas sin saber qué música vamos a oír no me parece tan bueno…” A lo cual lo que se debe decir es amén. Esa es una sugerencia que yo mismo he hecho por muchos años, ya que los promotores de conciertos de buena música parecen creer que a los aficionados solo les interesa el músico y poco o nada lo que ese músico vaya a tocar. Es decir, que creen que lo importante son los intérpretes y no la música.
Lo peor de todo, es que con esa costumbre puede ahuyentarse a un grupo de melófilos que podrían ir a un concierto si se sabe qué van a tocar pero que se niegan a asistir al recital con el solo nombre del músico. La realidad es que dar la información completa, no solo con el nombre del respectivo artista sino también con el programa que interpretarán, es tan elemental y tan necesario que parece extraño que se siga con esos anuncios donde únicamente se sabe el nombre del intérprete. Sea pues esta una invitación a nuestros beneméritos empresarios de la cultura para que no solo nos informen cuales artistas vendrán sino también lo que tocarán. En esa forma se dará tanta importancia no solo a los músicos sino también a la música, como debe ser.
Personalmente, sé de muchos que compartimos lo dicho antes, tanto, que a veces uno va a recitales de desconocidos solo porque tienen un gran programa. A quienes simplemente les interesa ver al músico famoso, irán al concierto de todas formas pero a quienes queremos oír buena música a veces no nos atrae un recital donde simplemente han dado el nombre de quien va a tocar. Por eso, se reitera la sugerencia, evidentemente compartida con otros amantes del arte musical, de que no solamente nos cuenten el nombre del artista sino también el de los creadores que en últimas son los que justifican todo concierto. De esa manera se facilita programar a qué se quiere asistir y, en últimas, redunda no solo en beneficio del público sino también de los organizadores de conciertos que con una información más completa se pueden beneficiar de una audiencia adicional, en especial cuando ni siquiera las páginas de internet dan esa información.