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Diseñar apropiadamente las reglas de juego del mercado laboral a través de una consulta popular es imposible. No hay ninguna tecla del instrumental de las reglas laborales que no tenga matices, que al apretarla no deje solo ganadores sino daños colaterales de corto y largo plazo que no son obvios. Los ajustes de esas teclas requieren un debate reflexivo lejos del sí y el no, necesitan la ponderación apropiada entre los pros y los contras de diferentes aspectos.
A lo inadecuado del instrumento para crear ese marco regulatorio se le suma el hecho de que el Gobierno hizo un trabajo flojísimo diseñando el cuestionario. Por ejemplo, nos preguntarían si estamos de acuerdo con que los trabajadores informales sean formalizados o tengan acceso a la seguridad social. ¿Ah? Los informales, por definición, no contribuyen a la seguridad social y en Colombia son en su mayoría trabajadores por cuenta propia o que trabajan en micronegocios. La pregunta que hay que hacerse es por qué no pueden cumplir con las reglas de juego, no si queremos que las cumplan. La pregunta es totalmente inútil. De manera similar nos indagan sobre si queremos que haya un régimen especial que garantice salarios y derechos a trabajadores del campo. Sin ningún detalle sobre cuál sería ese régimen, la pregunta es también inútil.
Luego hay una que merece comillas: “¿Está de acuerdo en eliminar la tercerización e intermediación laboral mediante contratos sindicales que violan los derechos laborales?” ¿Nadie revisó la redacción? ¿Nos están preguntando si queremos usar contratos sindicales que violen derechos laborales para eliminar la tercerización?
También hay varias preguntas en los temas que frenaron el avance de la discusión en el Congreso porque van dirigidas a aumentar privilegios a una élite: la de los trabajadores formales. Sí, en un país donde más de la mitad de la población es informal es impresentable que un Gobierno de izquierda abogue por aumentar esos privilegios, alejando más la posibilidad de que los rezagados de ese vagón puedan acceder a este. Preguntas sobre reducción de los horarios de trabajo diurno, aumento del pago en festivos y mayor rol de contratos a tiempo indefinido hacen parte de ese arsenal.
Es una lástima que la defensa del Gobierno al aumento en los privilegios de quienes tenemos contratos formales haya impedido el avance de otras normas que sí se necesitan, en las que había habido avances en el Congreso y sí habrían mejorado las condiciones de los que no están en la privilegiada formalidad. Por ejemplo, hay una pregunta en la consulta sobre reglas para los trabajadores de plataformas de reparto. Difícil encontrar en la sociedad alguien que no esté de acuerdo en que requerimos una regulación que permita contribuciones a la seguridad social y mejores condiciones para esos trabajadores. Pero en estos temas el diablo está en los detalles, y la pregunta no los da. No tenemos idea de qué estaríamos aprobando si marcáramos sí en esa pregunta.
Así que me uno a las huestes de los honorables patriotas, los HP, que creemos que no es una buena idea trazar el destino de las reglas laborales jugando al sí y al no.
X: @mahofste
