Reprobados

Marc Hofstetter
04 de julio de 2021 - 05:01 a. m.

Fitch, una de las principales calificadoras de riesgo, redujo la nota crediticia colombiana esta semana. Con la nota anterior pasábamos raspando, ahora perdimos el año. Ya son dos de las tres grandes calificadoras que nos reprueban: nuestros títulos de deuda engrosan ahora las filas de lo que el mercado financiero llama despectivamente “bonos basura”. Es decir, unos bonos a los que se les exige tasas de interés más altas para compensar el riesgo de tenerlos en los portafolios de inversión. Todos —negocios, hogares y Gobierno— pagaremos más por nuestros créditos futuros.

La noticia no sorprende. En la década pasada, los estupendos precios de las materias primas y las altas tasas de crecimiento de nuestra economía nos hicieron creer que habíamos dado el salto a una nueva senda económica permanente. Algunos lo explicaban como una consecuencia de la seguridad democrática del gobierno Uribe; otros como un resultado de la paz que se avizoraba en el gobierno de Santos; otros como efecto de las obras de infraestructura que emprendíamos. Ahora sabemos que las boyantes cifras eran transitorias y que debimos haber ahorrado durante la bonanza, como lo hicieron, por ejemplo, Chile y Perú. A esa realidad le sumamos las reformas tributarias del actual Gobierno que minaron el recaudo, y debilitaron la posición fiscal y la posibilidad de reaccionar a malas coyunturas.

La pandemia nos tomó, por esas razones, mal parados. El colapso de la actividad económica y el recaudo, y los incrementos en el gasto que surgieron para atender las emergencias de la pandemia incrementaron el déficit fiscal y la deuda pública. El Gobierno desestimó los llamados a discutir una reforma tributaria en 2020, una de cuyas disposiciones se habrían podido aplazar para no afectar los ingresos de empresas y hogares en los malos tiempos, pero que habría dejado sentadas las bases para un calce más apropiado entre los ingresos y los gastos futuros.

El Gobierno propuso la reforma tributaria en 2021, con la efervescencia electoral y el agotamiento económico y emocional de la pandemia a flor de piel. Si bien esa reforma tenía muchos elementos que habrían mejorado nuestro estatuto, catalizó el descontento social y fracasó. La estocada a la percepción de las calificadoras, si es que la necesitábamos, surgió del Marco Fiscal de Mediano Plazo publicado hace pocos días por el Gobierno. El plan de ajuste planteado es poco ambicioso y descansa sobre supuestos optimistas. Fitch lo resume señalando que tiene una reducida confianza en la capacidad del Gobierno de cambiar la tendencia de la deuda pública hacia adelante. Concluye que serán necesarias nuevas reformas en el futuro: harían bien todos los partidos que aspiren a gobernar el país en el futuro en apoyar una reforma más ambiciosa en el segundo semestre de este año en lugar de apoyar la diluida versión que se ha ido consolidando. De lo contrario, llegarán a gobernar una olla raspada y con una deuda cara.

Twitter: @mahofste

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Mario(16018)04 de julio de 2021 - 08:51 p. m.
En la bonanza que se debió haber ahorrado como hicieron Chile y Perú, dice el columnista, pero Santos prefirió malgastarla; empezó por aumentar la burocracia en un 25% y después se dedicó a repartir mermelada a montones dizque para aclimatar su paz. Para rematar, llegó Duque y acabó de raspar la olla.
ivan(61212)05 de julio de 2021 - 01:54 a. m.
Marc hofstetter , lo que usted indica es claro que nos podia pasar, cual seria la solucion a seguir para salir de esta situacion
Oscar(5340)04 de julio de 2021 - 08:16 p. m.
Las calificadoras de riesgo son instituciones que ayudan al enriquecimiento de sus patrones, los prestamistas. Si las evaluamos nos daremos cuenta que es mucho el daño que hacen ademas benefician a unos pocos.
Juan(8096)04 de julio de 2021 - 03:37 p. m.
Y quienes son los que tienen que poner el billete en esas reformas no diluidas?
Atenas(06773)04 de julio de 2021 - 01:59 p. m.
Esas descalificaciones eran de presentir. Los grandes y descalabrados compromisos q' se heredaron del nefasto octenio, además de una olla q' pelada entregó, una ref. trib. q' fue decapitada y una pandemia q' nos sepultó, es apenas comprensible q' pa este gbno la sal de las desgracias le cayó. Y de remate el paro. Más de malas q' perro chiquito ha sido DUQUE.
  • Duncan Darn(84992)05 de julio de 2021 - 03:42 p. m.
    Marranito!
  • Sancho13(17834)04 de julio de 2021 - 10:08 p. m.
    No todo se debe a la pandemia, malas decisiones, entregar 59 billones a los bancos, que no prestaron nada, mas bien los invirtieron en títulos, aumento de la burocracia en casi 50%,abandono al sector productivo, por eso cerraron 600.
  • Hernan(7821)04 de julio de 2021 - 07:10 p. m.
    De malas los colombianos que nos toco al cerdito duque como presidente, mucho fiasco apenitas.
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