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Tapándose con la misma cobija

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Marcela Lleras
27 de octubre de 2009 - 04:31 a. m.
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COMO DECÍA EN UNA COLUMNA ANterior: la corrupción es el mayor problema de Colombia. También es verdad que viene de atrás, pero se ha descarado en el gobierno de Uribe.

El campo en Colombia siempre ha estado maltratado por las políticas públicas de los gobiernos. Se han hecho intentos de reforma agraria fallidos, porque los latifundistas los han obstaculizado. Y de ahí se deriva la raíz del conflicto armado colombiano, que es una consecuencia de toda esta política agraria malograda por la dirigencia del país, que se puso de parte de los latifundistas. Esto llevó a que los campesinos se armaran, acogieran una doctrina marxista y se volvieran guerrillas, y todos los enredos posteriores —narcotráfico y paramilitares— que nos han sumido en la guerra. Pero se ve que a pesar de esta azarosa experiencia los funcionarios del Gobierno no han aprendido la lección y le siguen dando peligrosamente duro al campo. Bajo el entonces ministro de Agricultura, Andrés Felipe Arias, a quien le dicen “Uribito” —y él se lo cree—, hoy precandidato a la Presidencia por el Partido Conservador, el Ministerio otorgó unos subsidios no reembolsables que deberían llegar a campesinos agricultores, para blindarlos en caso de aprobarse el TLC con EE.UU., pero terminaron en manos de reinas de belleza, empresarios y familias millonarias. Después se supo que algunos de ellos habían financiado las campañas del presidente Uribe.

Una hipótesis sobre los hechos: si Arias, sin consultarle a Uribe hizo esto por su cuenta para congraciarse con él, y de paso agradecer a los financiadores de las campañas, ¿debe un lamboncito ser Presidente? Otra hipótesis: si Uribe le dio la orden a Arias para que hiciera esa asignación y Arias le obedeció ciegamente a su jefe, a pesar de ser un acto torcido, tendríamos un Presidente al que la laxitud de sus funcionarios le conviene.

Como en todos los otros casos de corrupción, el Presidente sale a decir que se le hizo trampa al Ministerio de Agricultura, que debe hacerse público el listado de los beneficiados por el AIS y que ellos deben devolver la plata. Pasará igual que con la declaración de renta de los niños Uribe, que prometieron volverla pública y hasta el sol de hoy. El Presidente defiende a Arias porque parece que prevalece la segunda hipótesis y también defiende a su actual ministro de Agricultura. A Arias le da espacio en un consejo comunitario, ya no siendo empleado público, sino precandidato a la Presidencia, para que defienda las políticas del AIS. Puede que este hecho no sea ilegal, pero es una bofetada a los demás aspirantes a la Presidencia. Lo que sucedió en el consejo comunitario es menor en comparación con los hechos que generaron este esperpento: entregarle subsidios a gente rica que apoyó la campaña de Uribe, desconociendo la necesidad del pequeño agricultor, promoviendo conscientemente más la desigualdad entre los colombianos. Y eso que AIS es apenas uno y no el más grave de los escándalos de corrupción de este Gobierno.

Mi solidaridad con Claudia López.

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