Importantes protocolos y hasta teorías del pensamiento crítico fueron cuestionados y enriquecidos durante el proceso de la posesión presidencial, fenómeno que vale la pena reseñar sin pretensiones académicas. En primer lugar, el protagonismo social y político de la sociedad civil popular en toda su diversidad, que contó con la promoción y aceptación del propio Gobierno entrante. Primero fue la posesión frente a los pueblos originarios, luego frente a los movimientos sociales resistentes y, finalmente, frente a una multitud plena de emociones que demostró un nivel de consciencia política inédito para este tipo de ceremonias y muy superior al que anunciaba Antonio Negri.
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