Jamal Khashoggi, exiliado periodista saudí entra al consulado de su país en Estambul a realizar un trámite y desaparece misteriosamente al interior de la sede diplomática. Solamente el príncipe heredero de la corona saudita, Mohamed bin Salman, MBS, vástago del rey Salman Bin Abdulaziz al-Saud, uno de los 39 hijos del fundador del Reino de Arabia Saudita, podía ordenar un operativo de tal magnitud.
MBS goza del mote de “reformador”. Permitió a las mujeres conducir, anatema para la jerarquía religiosa wahabí y desarrolló un plan para en 2030 liberar la economía de la dependencia del petróleo. Sin embargo en noviembre de 2017 con la excusa de lucha contra la corrupción, MBS encerró a decenas de príncipes, empresarios y funcionarios en el lujoso hotel Ritz Carlton en Riad, los cuales fueron liberados tras “renuncias” o pago de abultadas “multas”.
En política exterior, MBS ha trastabillado de fracaso en fracaso, lo cual ha minado su aura y su poder y puesto en duda su asunción al trono. MBS arrastró a su país a una guerra en Yemen contra una banda de insurgentes shiitas, los Houties, bien armados por Irán. Tras mas de tres años, los saudíes no han logrado doblegar a los rebeldes y están cometiendo un genocidio que ha segado la vida de decenas de miles de civiles yemenitas.
En junio de 2017, Arabia Saudita, Emiratos y Bahréin impusieron un bloqueo a Qatar al que acusaban , no sin fundamento, de apoyar el terrorismo. En realidad la principal molestia es con la cadena qatarí Al Jazeera cuyo cierre reclamaban los agresores, que esperaban una pronta rendición de Qatar lo cual no ha ocurrido. Por el contrario, Doha ha maniobrado inteligentemente alrededor de las sanciones y a MBS solo le queda buscar una salida digna del hueco en el que se metió.
En noviembre de 2017 ocurrió un memorable sainete cuando Saad Hariri. primer ministro libanés, leyó por la televisión saudí su renuncia al cargo, cuyo texto le había sido pasado por pajes al servicio de MBS. Tras la presión internacional, a Hariri le fue permitido volver a su país donde se retractó de la renuncia que nunca había presentado. MBS buscaba cambiar el paradigma de poder en Líbano epicentro del conflicto regional entre Irán y los saudíes. Humillante Derrota para MBS.
Recientemente vino la desproporcionada reacción de MBS a un trino. Un trino de la canciller de Canadá en el que expresó su preocupación por la violación a los derechos humanos en el reino. Quien dijo miedo. El embajador de Canadá en Riad fue expulsado del país, los saudíes ordenaron a miles de estudiantes en Canadá a regresar, se congelaron las relaciones comerciales y la inversión.
En una corona célebre por las intrigas palaciegas, muertes misteriosas, fratricidios y demás, nada de extraño tendría que MBS quien llegó con todo a tomarse el poder pero ha cometido demasiados errores, termine en la calle, o peor.