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Si hay un verbo que últimamente causa escozor, ese es «aperturar»: «aperturar una investigación», «aperturar una cuenta», etc. Vamos por partes. Lo primero es recordar algo que ya es un lugar común en esta columna: que la gente es la dueña de la lengua, que esta no se decreta y que el uso se impone a la norma. El verbo «aperturar» es buena muestra de eso.
El Diccionario panhispánico de dudas, de 2005, dice tajantemente que su uso no está «justificado» y que «debe evitarse». En 2021, no obstante, el desacreditado verbo entró en el Diccionario de la lengua española. Es decir, se extendió tanto que fue documentado allí, aunque actualmente la Academia sigue advirtiendo que «abrir» o «inaugurar», según el contexto, son de uso mayoritario y «siempre» preferibles.
Hablando de escozor, otra observación que me hicieron la semana pasada tiene que ver con el verbo «rascar». Una frase como «me rasca la espalda», sin contexto, podría ser una ambigüedad: ¿alguien me está rascando la espalda? ¿O estoy manifestando mi incomodidad por una picazón? En Colombia, el verbo «rascar» ha sido documentado en ambos sentidos: tanto para denotar la acción de refregar, por ejemplo, la piel, para calmar una piquiña (o rasquiña), como para referirse a «cierto ardor, escozor o desazón en alguna parte del cuerpo», como señala el Diccionario de americanismos.
Finalmente, me pidieron recordar el hecho de que «billón» en español significa «un millón de millones», mientras que en inglés significa «mil millones». El inglés británico solía entender «billion» igual que en español; sin embargo, el uso dado por Estados Unidos se ha impuesto internacionalmente.
