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La semana pasada me recordaron otro derivado de un extranjerismo crudo (después de la columna sobre «pizza»): «hollywoodense», documentado, de hecho, en el Diccionario de la lengua española. Es un caso más en que una palabra se adapta al español (sin necesidad de comillas ni cursiva) por haberse modificado a través de la sufijación (en este ejemplo, con «-ense»). Eso sí, como ha advertido la academia: la pronunciación sigue sujeta a la lengua extranjera en que se origina (de ahí que «pizzería» se pronuncie con «-ts-» intermedia y que «hollywoodense» conserve la fonética de «Hollywood»).
Por otro lado, si bien en una serie de columnas anteriores me referí al asunto del lenguaje no sexista, no sobra volver sobre algunas recomendaciones. He visto cada vez con mayor frecuencia intentos de desdoblamiento como «los y las estudiantes» o «los y las migrantes», que pueden parecernos posibles por tratarse de sustantivos comunes en cuanto al género (la palabra es la misma en femenino y en masculino).
Insisto en que no se trata de censurar este tipo de recursos, pero, si optamos por este camino, es necesario tener en cuenta algunas pautas gramaticales. Me refiero a que en español no se suelen coordinar los determinantes átonos: así como no decimos «mis y tus libros», sino «mis libros y tus libros», la recomendación para el ejemplo anterior es, en caso de ser necesario, hacer el desdoblamiento completo («los estudiantes y las estudiantes»). Como también recuerda la Nueva gramática, se sugiere lo mismo para «el responsable o los responsables» (no «el o los responsables»).
