Coyunturas como la pandemia de COVID-19 han puesto a prueba la capacidad de adaptación de nuestro idioma. Varias palabras entraron en tiempo récord al léxico cotidiano e, incluso, llegaron a los diccionarios en menos de un año. Guardando las proporciones, algo similar puede estar sucediendo con la viruela símica.
Hemos visto la velocidad con que la forma «mpox» se ha difundido en los medios de comunicación para referirse a dicha enfermedad, sobre todo después de que se desaconsejó la forma «viruela del mono» por inexacta y estigmatizante. En todo caso, aún estamos en terreno desconocido.
Para empezar, está la duda de si «mpox» es femenino o masculino. La Organización Panamericana de la Salud lo ha usado de ambas formas. No obstante, según el Diccionario panhispánico de términos médicos (DPTM), «mpox» es femenino. La Fundéu explica que «tomando como referente el término “viruela”, el uso del femenino es adecuado».
El principal problema es la grafía. Por un lado, por tratarse de un anglicismo, debería escribirse en cursiva o entre comillas. Esta última opción, sin embargo, causa duda entre algunas personas, pues las comillas tienen otros usos, como el de indicar el sentido irónico de una expresión. Por tratarse de una cuestión de salud pública, no se puede correr el riesgo de dar lugar a malentendidos. No sería, por cierto, el primer extranjerismo que nadie marca entre comillas o en cursivas. Recordemos que la secuencia «-zz-» en «pizza» es impropia del español, pero nadie (o casi nadie) escribe ese nombre entre comillas o en cursiva, por citar solo un ejemplo.
Según el DPTM, «no existe de momento recomendación específica para el español». Es claro, no obstante, que en nuestra lengua la secuencia inicial «mp-» es impronunciable. Una opción podría ser adaptarla al español como «empox», que de forma incipiente ya circula en redes sociales. El asentamiento, como siempre, dependerá de la población hablante.