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La lluvia de medidas ordenadas por Donald Trump tras su regreso a la Casa Blanca en Estados Unidos nos hizo emplear varios términos sobre los cuales vale la pena destacar algunos recordatorios.
Por ejemplo, según la Ortografía de la lengua española, «los nombres propios de los accidentes geográficos, tanto naturales como artificiales, se escriben con mayúscula inicial, pero no los sustantivos comunes genéricos que los acompañan». Así, deberíamos optar por «golfo de México», en lugar de «Golfo de México», o «canal de Panamá» en vez de «Canal de Panamá». Sin embargo, como cita la Fundéu, «en el ámbito de los hablantes panameños es admisible escribir “el Canal” con mayúscula inicial, ya que en ese contexto es claro que se alude por antonomasia al de Panamá y no a ningún otro (como en España cuando se habla del “Estrecho” para referirse al “estrecho de Gibraltar” o en México al “Golfo” por el “golfo de México”)». Para lo anterior, por lo tanto, el contexto es lo clave, de manera que el uso de la antonomasia no deje lugar a dudas o equívocos.
Por otro lado, leímos y escuchamos con más frecuencia de lo habitual la palabra «obispa». No está de más subrayar que se trata de una forma femenina documentada desde hace siglos y hoy consignada en obras como el Diccionario de la lengua española.
Finalmente, como recordó la Fundéu, también esta semana, una palabra como «macrorredada» (como las que ordenó Trump) debe escribirse como una sola palabra, pues el prefijo se une a la base. Al iniciar esta por «r», es necesario duplicarla para no perder el sonido fuerte de la consonante una vez se suma el prefijo.
