En la más reciente entrega semanal de la «Redacción al desnudo», el director de este diario se refirió a varios «jalones de oreja» de nuestros lectores, esta vez relacionados con el verbo «aterrizar».
Empiezo por el final: en el video, el director se cuestionaba si «módulo de aterrizaje» era correcto para hablar de una nave espacial que llegó a la Luna: ¿no sería mejor «módulo de alunizaje»? Pues bien: no es solo que el mecanismo del artefacto se llame así, sino que «aterrizar», a diferencia de lo que muchas personas creen, no es exclusivo para la Tierra.
Por ejemplo, según el Diccionario de la lengua española, el verbo significa «posarse [...] sobre cualquier superficie que sirva para tal fin». Es más, ni siquiera estaría de acuerdo con el «jalón de orejas» que criticaba un titular sobre el «aterrizaje de un asteroide». Si bien es cierto que hay verbos más exactos e ilustrativos para informar sobre ese hecho, diccionarios como el de María Moliner recogen acepciones informales de «aterrizar» como «caer al suelo».
Ahora: también es verdad que se han creado verbos como «alunizar», «amartizar» (de «Marte») e incluso «amarizar» o «amarar» (para «posarse sobre el agua»). Al final, ese es el punto: la lengua es tan rica y flexible que nos permite ese tipo de innovaciones.
La Real Academia Española ha explicado que «alunizar», por ejemplo, se creó por analogía teniendo como referente nuestro único satélite natural, y aclara: «No existen voces asentadas en nuestra lengua para designar el aterrizaje de una nave en la superficie de otros satélites. No obstante, “aterrizar”/“aterrizaje” tienen el sentido general de “posarse/acción de posarse sobre tierra firme o en cualquier superficie”». Como quien dice: usemos «aterrizar» con toda confianza; no hay que crear un verbo para cada superficie.
mmedina@elespectador.com, @alejandra_mdn