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Si bien el gusto es fundamental, cuando de estilo de redacción se trata, no creo que sirva de criterio lingüístico para decir que algo es correcto o incorrecto. Me refiero, por ejemplo, a las críticas o incluso censura que recaen sobre el uso de palabras como «colocar» o «cabello», que no gozan de la misma aceptación entre todos los hablantes.
Es verdad que «colocar», según el Diccionario de la lengua española, se refiere, entre otras acepciones, a «poner a alguien o algo en su debido lugar». Sin embargo, la propia RAE reconoce que en países como Colombia y Venezuela el uso de esta palabra se está extendiendo a contextos en los que normalmente se diría «poner». Llegamos, entonces, al mismo punto sobre el que hemos insistido en esta columna: si el uso se impone, seguramente llegará una nueva acepción a los diccionarios.
En cuanto a «cabello», es igual de válido que «pelo» para referirse al de la cabeza. La anotación no sobra, pues hay quienes critican el uso de «cabello» por cuestión de gusto y hay quienes dicen que «pelo» es solo el de los animales (no humanos). Eso sí: para referirse al pelo de cualquier otra parte del cuerpo, «vello» es lo indicado (no «cabello»).
Por otro lado, me preguntaron qué forma es preferible entre «diseño de moda» y «diseño de modas». Creo que ambos son perfectamente válidos, pues «moda» se usa como sustantivo contable y no contable: «ella sabe de moda» o, como dice la canción, «ella no sigue modas».
