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Varias noticias internacionales de los últimos días me llevan a recordar algunas claves de ortografía. Una de ellas está relacionada con el uso del prefijo «post-» o «pos-». En días recientes, hemos escuchado con frecuencia sobre los escenarios «postelectorales en Venezuela», por ejemplo. Al respecto, la Real Academia Española recomienda «usar “pos-” ante consonante (“posdata”) y vocal (“poselectoral”)». Sin embargo, «cuando se une a palabras que comienzan por “s”, debe usarse “post-” (“postsimbolismo”)». Es decir, en general, se sugiere optar por la forma simplificada «pos-», salvo en el caso señalado.
Por otro lado, a propósito de la captura de Ismael Zambada, conocido como el Mayo, capo del cartel de Sinaloa, vale la pena recordar que, en general, cuando un alias va precedido por artículo «el» o «la» (como en este caso), dicho artículo no se considera parte del sobrenombre (por lo que debe permanecer en minúscula y contraerse con preposiciones como «de», para resultar en «del», por ejemplo). Una forma sencilla de comprobar lo anterior es imaginar un saludo: el vocativo sería «Hola, Mayo» y no «Hola, el Mayo».
Por cierto, tanto la grafía «cartel» como «cártel» son válidas. En Colombia, por la forma en que lo pronunciamos, es más frecuente «cartel». Por otro lado, se considera nombre común, por lo que «cartel de Sinaloa» se escribe con minúscula inicial. En esto, sin embargo, creo que cabría un replanteamiento teniendo en cuenta que se podría considerar como el nombre propio de una organización ilícita.
